La atención primaria, el gran reto sanitario tras la pandemia

Esta es una de las conclusiones de la memoria socioeconómica de Galicia que el CES ha elaborado sobre 2020, un año irremediablemente marcado por la crisis del Covid. La memoria fue aprobada por unanimidad en el último pleno de este órgano, y entregada por el presidente del mismo, Agustín Hernández, al presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices.

La pandemia ha sacudido a todos los sectores, pero muy especialmente al sistema sanitario. Por eso, desde el Consello Económico e Social de Galicia reclaman «un mayor esfuerzo en los recursos» destinados a sanidad. Y muy especialmente —inciden— en la atención primaria como «elemento central para el buen funcionamiento del sistema de salud». El CES concluye que la pandemia evidencia la necesidad de que los centros de atención primaria deben contar «con una buena dotación de equipos y personal» .

Y es en este punto, en el de la atención primaria, donde el Consello Económico y Social ve algunas lagunas en cuanto a las últimas dotaciones presupuestarias. Galicia es la quinta comunidad autónoma que globalmente más destina a cuestiones sanitarias. Según datos del Ministerio de Sanidad, el gasto en Galicia en 2020 ascendió a 1.520,82 euros por habitante en esta materia, muy por encima de la media estatal, de 1.387,46 per cápita. Y para 2021, el presupuesto se ha aumentado un 12 % respecto al año anterior , hasta alcanzar los 4.378,3 millones de euros —según datos de la Consellería de Facenda—, en buena medida para paliar los efectos de la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el CES pone sobre la mesa que hay aspectos con claros márgenes de mejora.

La atención hospitalaria y la primaria son las dos partidas a las que la Xunta dedica la mayor parte del gasto global sanitario. Pero mientras la primera consume el 64,6% del presupuesto total de sanidad —2.959,9 millones de euros—, y con una tendencia en aumento, el peso relativo de la atención primaria se reduce hasta consumir poco más del 30 % de los recursos de sanidad —1.391,3 millones—. Son 7,5 puntos menos que en 2008, según el balance de la última memoria socioeconómica presentada en la Cámara de O Hórreo por el CES. Y es ahí donde la Xunta, según las conclusiones hechas públicas el pasado martes, debe «cambiar la tendencia».

El coronavirus ha golpeado al sistema sanitario gallego —y a los del resto de las comunidades autónomas— poniendo de relieve algunas de sus carencias —y también fortalezas—. Y ahora es un buen momento, según el CES, para «rediseñar» la asistencia sanitaria , poniendo una «especial atención» en el cuidado de las personas mayores. No hay que olvidar, en este sentido, que Galicia es una comunidad autónoma con una población muy envejecida. El 25,5 % de la población gallega a 1 de enero de 2020 tenía 65 años o más, seis puntos por encima de la media estatal. Y esto enlaza con otras «carencias» que ha puesto de manifiesto la pandemia, según el CES: el sistema de dependencia. Por una parte, este organismo hace un llamamiento a llevar a cabo mejoras en el ámbito de las residencias, que «sufrieron los peores efectos de la pandemia» . Por otro lado, constata también que ha aumentado el tiempo que transcurre desde que una persona solicita servicios de asistencia por dependencia hasta que se le reconocen las prestaciones. «Es necesario dedicar más medios para revertir esta situación», concluyen.

La pandemia, según este organismo consultivo de la Xunta, agravó otro de los «males endémicos» del sistema sanitario gallego: la lista de espera para la atención especializada . Por eso, el CES reclama al gobierno autonómico hacer un «esfuerzo extra» en esta materia, con el fin de no solo hacer frente al agravamiento motivado por el coronavirus, sino también para «mitigar» este «problema estructural» del sistema sanitario autonómico.

Las consecuencias sociales del Covid van mucho más allá de las cuestiones meramente médicas o sanitarias. El Consello alerta también del «repunte» de la pobreza y de las desigualdades sociales derivadas de la pandemia. Por ello, este organismo reclama una mayor cobertura y dotación en las ayudas, con acento en estos colectivos.

Más allá de la salud física, la salud psicológica, habitualmente arrinconada en los sistemas sanitarios. En este ámbito, el CES deja constancia de que los problemas de salud mental «se vieron agravados» por el impacto del Covid. El Consello Económico y Social de Galicia hace un llamamiento a las instituciones públicas para no descuidarla.

Y las consecuencias económicas del azote del virus. Además de la incidencia en todo lo relacionado directamente con la salud, el CES no se olvida del «fuerte impacto» de la crisis del Covid en la economía, con consecuencias tanto en la destrucción del tejido productivo y el «fuerte impacto» sobre el empleo, especialmente de los más vulnerables. Por eso apela a la Xunta a que incida en políticas útiles para atajar el paro juvenil y de apoyo a los autónomos. Sin olvidarse de las mujeres, que han sufrido las consecuencias más severas en cuanto a conciliación laboral y profesional. Ni tampoco de la brecha digital, que resultó «determinante» durante la pandemia , tanto en su vertiente de género, como económica y territorial, con mayores problemas en el rural para acceder a la red.

La pandemia ha deteriorado notablemente las arcas públicas, y el CES considera que los avances logrados en los últimos años en al convergencia de Galicia con la Unión Europa se han perdido con la crisis económica. Por eso reclama medidas para «revertir esta tendencia». En este sentido, los fondos europeos previstos para la recuperación, bautizados como Next Generation, pueden ser una buena oportunidad para superar la crisis. Eso sí, el CES avisa de que este dinero debe aprovecharse «eficientemente» .

Las medidas deben ser «ágiles, expansivas y contundentes para poder regresar a la senda del crecimiento económico y estable», recoge la memoria entregada al presidente del Parlamento gallego. «Es el momento de que los poderes públicos desarrollen estrategias que faciliten la cohesión social y territorial de Galicia ». En este sentido, el Consello aboga por mejorar «la resiliencia» de la economía autonómica, para impulsar la transformación digital y ecológica, a la vez que se mejora su innovación y productividad.