El arzobispo esperará a ver cómo evoluciona la pandemia antes de pedir prorrogar el Año Santo

«Este es un tema que va más allá de lo que yo pueda desear o querer», subrayó Barrio a preguntas de los periodistas en una rueda de prensa para presentar un estudio sobre el impacto socioconómico de la Diócesis de Santiago. «En este momento la única certeza que tenemos es que el año santo se abrirá el 31 de diciembre» , explicó. Barrio a seguró que le «han llegado voces» que pedían que se pospusiese la celebración, pero recordó que el Año Santo no es como un congreso al que se le pueda cambiar la fecha. El Año Jacobeo coincide cuando la fiesta del Apóstol Santiago (el 25 de julio) cae en domingo, recordó. «Que se pueda prolongar no depende del arzobispo», subrayó. «Creo que si se llega al momento en que el arzobispo eleva una petición al Papa en este sentido», apuntó Barrio, habrá que comprender la «decisión que pueda tomar el Papa en un sentido o en otro, yo creo que son razonables», concluyó.

La pandemia del coronavirus ha llegado mientras Santiago de Compostela se preparaba para la celebración en 2021 de su Año Santo. La ciudad esperaba batir sus propios récords de visitantes y peregrinos, pero el Covid ha obligado a redefinir el planteamiento del Xacobeo que estaba preparando la Xunta de Galicia. El propio presidente Feijóo se ha mostrado confiado en lograr una prórroga que incluya hasta el año 2022. La ampliación de un Año Santo cuenta con precedentes en la historia. Los años santos ya se han prorrogado en circunstancias excepcionales . En Santiago de Compostela se celebraron ya dos jubileos extraordinarios: en 1885 con el proceso de identificación de los restos del Apóstol Santiago terminado se fijó un Año Santo para relanzar el culto a las reliquias. En plena Guerra Civil, el jubileo de 1937 se extendió hasta 1938.

Además hay otro mecanismo que permite abrir la Puerta Santa de la Catedral compostelana de forma extraordinaria. La última vez fue en 2016, cuando el Papa Francisco anunció la celebración del Año de la Misericordia. No era la primera vez que un Papa proclamaba un Año Santo extraordinario (ya en el s. XVI hubo alguno). Pío XI lo proclamó con motivo del 19º Centenario de la Redención en 1933, y Juan Pablo II, en 1983, también lo anunció por los 1950 años de la muerte de Cristo. En los jubileos de Misericordia participan las iglesias de todo el mundo.