Alberto Varela - Crónicas Atlánticas
Las víctimas del Garañón
Hay hechos y hechos, indicios e indicios e instrucciones e instrucciones. Cada supuesto es diferente. Lo del Garañón no había por donde cogerlo.
El archivo del caso Garañón que hemos conocido esta semana debería ser la prueba definitiva que nos haga tener una reflexión seria sobre lo que es y lo que no es una investigación judicial . Que una persona esté investigada penalmente no significa que ... sea culpable, y ojo, porque que a veces se entienda así no es culpa solo de los juzgados, sino también de los medios de comunicación y de quienes desde el ámbito político utilizan las denuncias como armas contra el adversario.
Que a uno le abran una causa penal significa que un instructor considera que hay indicios suficientes para investigar , no que el sujeto sobre el que se pone el foco sea culpable. Para eso está el juicio oral, en el que uno se defiende y la acusación intenta demostrar que lo investigado es cierto y merece sanción penal.
El caso Garañón deja dos víctimas evidentes: el exalcalde Orozco (que de todos modos ha tenido una vida política plena y cuya asbolución resarce la mancha en su imagen) y el exsecretario general del PSdeG José Ramón Gómez Besteiro , que es caso aparte porque sufrió un auténtico aborto político a raíz de las investigaciones judiciales.
Con los hechos que conocemos a día de hoy, se le ha juzgado públicamente por nada, pero ya es tarde para resarcirlo porque se ha tenido que ir a su casa . Dimitió con lágrimas en los ojos cuando aún estaba estrenando el cargo.
Y habrá quien diga que se lo merecía, porque los socialistas han sido los primeros en airear imputaciones y pedir dimisiones de políticos del PP que tampoco acabaron en condenas. Hubo una etapa en la que era lo único que figuraba en su argumentario político.
Tiempos de a ver quién tiene más porquería judicial, del «y tú más» y que, además, lo único que trajo fue el populismo del que no hace falta ya decir nada.
Que no se me malinterprete, todo esto no quiere decir que solo deba dimitir el político que tiene condena firme. Hay hechos y hechos, indicios e indicios e instrucciones e instrucciones. Cada supuesto es diferente. Lo del Garañón no había por donde cogerlo.
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