Alberto Varela - CRÓNICAS ATLÁNTICAS
Las sucesiones las carga el diablo
Es legítimo tener aspiraciones y seguro que muchos las han tenido
EL relevo de Alberto Núñez Feijóo en Galicia pone en un brete al Partido Popular. A diferencia de lo que ocurría en la última etapa de Manuel Fraga ahora no hay ‘delfines’ si los entendemos como dirigentes que hacen méritos públicamente para situarse en la ... carrera sucesoria. En los últimos tiempos de Don Manuel media docena de dirigentes estaban preparados para los acontecimientos, ahora todo ha cogido un poco por sorpresa.
Es legítimo tener aspiraciones, y muchos en privado seguro que las han tenido, pero la maquinaria ha funcionado estos años como un ejército: cada uno a lo suyo, cada pieza de la máquina con su función. Ha sido, además, una de las claves del éxito. Si hay muchos dirigiendo a la vez la nave no coge rumbo. Ahora sí, Feijóo se va y toca posicionarse y enseñar las cartas, pero conviene que el proceso sea elegante.
¿Posibles participantes en el sprint? Como sería extraño que se optase por una bicefalia (presidente del partido diferente a presidente de la Xunta) y para dirigir San Caetano hay que ser diputado, las apuestas las lideran los que forman parte del grupo parlamentario: Rueda, Conde, Puy, Tellado, Candia, Calvo, Santalices… Pero tampoco se descartan sorpresas.
Importante aprender de todo, también de lo que pasa en la casa del enemigo y por eso a los populares les convendría no caer en los errores del Partido Socialista. Que se presente quien quiera a los cónclaves pero sin romper puentes.
Hay ataques que no se superan el día después de unas primarias y manifestaciones que aunque se perdonen en público quedan grabadas en el corazón y quien las recibe las guarda para devolverlas en cuanto pueda.
Las sucesiones las carga el diablo. Si uno está en la oposición con un proyecto que no acaba de funcionar puede ser conveniente una ruptura total con lo anterior, pero si a lo que se aspira es a mantener el apoyo de la última década y media mejor no revolver demasiado el río.
Al PP gallego le conviene un cambio tranquilo y previsible. Los equilibrismos mejor con red.