Afines a Quinteiro exigen responsabilidades a la dirección tras la «escasa» participación en la consulta

«En estos momentos vemos como la Coordinadora de En Marea no representa al conjunto del espacio. Más del 60% de las inscritas le dieron la espalda en un censo ya de por sí pequeño en comparación con las más de 10.000 inscritas que votaron en las elecciones gallegas de 2016», reflejan los afines a Quinteiro en su escrito remitido a los medios.

Aunque un 85% de los participantes en la consulta (790 votos) se han mostrado partidarios de que Quinteiro dimita -frente al 15% que ha opinado lo contrario (138 votos)- este colectivo próximo a la diputada tira otra lectura de los resultados. A su entender, los datos reflejan que dos de cada tres inscritos «rechazaron» la posibilidad de que la parlamentaria deje su acta, bien votando en contra o bien por la vía de la abstención. Por el contrario, señalan, el manifiesto «Coidando a unidade» que instaba a los inscritos a que optasen por abstenerse en este proceso consiguió más de 800 apoyos; una cifra, aseguran, superior a la de los partidarios de la dimisión de Quinteiro. No obstante, a este manifiesto podían adherirse todo tipo de personas, inscritos o no en En Marea.

Según el colectivo afín a Quinteiro «los números evidencian por que no se activa el proceso revocatorio» que recogen los documentos fundacionales de En Marea para decidir el futuro de la diputada de En Marea. Afirman que para activar este proceso s ería necesaria la participación de más de un 50% del censo (sobre 1.200 inscritas) en un plenario en donde el 60% de los participantes optasen por la revocación; unas cifras que se alejan de la participación que ha recabado este proceso.

La dirección de En Marea, por su parte, ha destacado esta mañana en rueda de prensa que la participación de casi el 40 por ciento de los inscritos en la consulta sobre el caso de Paula Quinteiro fue «alta» y consideran que luego de que las bases del partido instrumental hayan apoyado mayoritariamente la marcha de la diputada, el asunto debe quedar «cerrado».

Sin embargo, el pasado martes —día en que comenzaba el proceso— la propia Quinteiro insistía en declaraciones a la Radio Galega que no tenía pensado dimitir de ninguna de las maneras, introduciendo una sombra de sospecha en el procedimiento, al alegar que no se produjo con las debidas garantías.