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«Caso Asunta»

Los acusados se fían a la falta de un móvil consistente y a cabos sueltos

Las defensas aprovecharon los alegatos finales para abrazarse a las lagunas de la investigación y sembrar la duda

Basterra durante la última sesión del juicio celebrado en Santiago M. Muñiz

P. Abet

Pese a que las pruebas contra sus clientes difieren, las defensas de los padres de Asunta Basterra aprovecharon su alegato final para inocular una misma idea en el jurado encargado de dictar veredicto: ante la duda, mejor un culpable en la calle que ... un inocente en la cárcel. El punto de partida de los dos letrados fue común y apela directamente a la responsabilidad de los ciudadanos del tribunal. Los mismos que ayer, durante cerca de seis horas, escucharon pacientes las conclusiones finales de una y otra parte, colofón a más de tres semanas de juicio. L a presunta torpeza de los dos acusados —que según las acusaciones abandonaron las cuerdas junto al cuerpo y ensayaron varias veces la sedación de su hija— no le encaja a los letrados de la defensa, que llegaron a ironizar con estos hechos. «Que alguien ate a la niña, la desate y deje las cuerdas en las inmediaciones del lugar raya la subnormalidad» espetó el letrado de Rosario Porto ante el tribunal con el fin último de justificar que su defendida no estuvo, tal y como sostiene la tesis fiscal, en la pista donde abandonaron el cadáver de Asunta Basterra.

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