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El acusado de la explosión de Tui reconoce que el material era suyo, pero niega su responsabilidad

Francisco González Lameiro ha pasado esta mañana a disposición judicial

Imagen del detenido llegando a los juzgados de Tui MIGUEL MUÑIZ

P. ABET

El detenido por la violenta explosión que dejó dos personas fallecidas y cerca de una treintena de heridos en la aldea de Paramos (Tui) ha pasado este viernes a disposición judicial acusado de los delitos de homicidio imprudente y estragos. Aunque sus primeras palabras ante el juez todavía no han trascendido, sí se sabe que delante de los agentes que lo detuvieron Francisco González Lameiro reconoció que los 1.500 kilos de explosivos que se almacenaban en esta polvorín ilegal eran suyos, pero negó toda responsabilidad en relación con la deflagración que dejó un crater de más de un kilómetro de perímetro y una veintena de casas con daños irreparables.

Una de las cuestiones que deberán aclarar ante el juez es si en este depósito ilegal ubicado al lado de la casa que había heredado de su suegro y en la que no residía nadie sólo acumulaba el material o también trabajaba con él . Otra de las sospechas es que estuviese vendiendo de manera ilegal los explosivos de su antigua pirotecnia, cerrada por problemas urbanísticos, a terceros. Sobre esta cuestión, fuentes próximas han informado que el dueño de la pirotecnia «La Gallega» llevaba meses tratando de adquirir los terrenos anexos a este negocio para evitar su cierre definitivo después de que el pasado año se lo clausurasen por encontrarse muy cerca de casa habitadas.

En este sentido, algunos vecinos conocedores de la situación indicaron que «le estaban haciendo la vida imposible» porque la pirotecnia tiene casi cien años de vida y estaba allí «mucho antes que esas casas, que se levantaron después». Algunos, incluso, aludieron a los problemas mentales que esta situación podría haber generado en el único acusado por la destructiva deflagración . Consultados por ABC, los habitantes que vivían en el entorno de la zona cero del accidente declaran no saber que González Lameiro estaba guardando allí material explosivo, pero sí apuntan que «entraban muchos furgones en la nave, a veces ya de noche».

De forma paralela al encuentro que Lameiro que mantiene en la mañana de este viernes con el instructor de Tui, en el centro cultural de Guillarei responsables autonómicos están informando a los vecinos de las ayudas con las que pueden conta r a la hora de arreglar e incluso volver a levantar sus viviendas. En este mismo punto también se sigue prestando atención psicológica a las víctimas y a los integrantes de la colonia magrebí a la que pertenecía el matrimonio fallecido. Sus dos hijos, de 8 y 10 años, están a espera de que unos familiares de Marruecos se hagan cargo de su tutela.

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