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Abusa de una menor haciéndole creer a su madre que tenía poderes paranormales

La Fiscalía entiende que el acusado es autor de un delito de abusos sexuales y la mujer «cooperadora necesaria»

Fachada de la Audiencia Provincial de La Coruña ABC

ABC

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de La Coruña juzga desde este martes, y hasta el miércoles, día 13, a un hombre por presuntos abusos sexuales a una menor y a la madre de esta como «cooperadora necesaria» por permitirlos al creer que el hombre tenía poderes «paranormales».

El juicio se ha celebrado a puerta cerrada a petición de las partes, aunque las defensas de ambos acusados han avanzado, antes del inicio de la sesión, que pedirán la absolución de sus respectivos clientes, que rechazan los delitos que se les imputan.

Los hechos se produjeron, según recoge en su escrito de calificación la Fiscalía, en febrero de 2013, cuando la acusada entabló amistad con el hombre, que le ayudaba en el comercio que tenía junto a su marido.

El acusado, según el Ministerio Público, «consciente del alto grado de manipulabilidad y de facilidad de sugestión» de la mujer -aficionada a la astrología y la brujería- se hizo pasar ante ella como una persona con poderes «paranormales».

Finalmente, «indispuso» a la mujer contra la familia de su marido con el objetivo de convencerla para que llevase más tiempo a su hija menor a la tienda, donde el acusado pasaba horas todos los días. Según el Fiscal, «atraído por la menor», se fue ganando su confianza, aumentando el interés de ella por sus orígenes sudamericanos y por la mitología de su continente.

La madre no puso obstáculos

«Aprovechándose de su inmadurez, le hizo creer que era la reencarnación de una antigua diosa» , iniciando, a través de correos electrónicos que le mandaba y en la propia tienda, un «progresivo acercamiento amistoso-sentimental» al que, según el Ministerio Público, la madre no puso obstáculos.

Y es que para la Fiscalía la mujer tuvo «sobrados motivos para sospechar de las intenciones» del acusado. De hecho, cita como ejemplo que el hombre le dijese a la mujer que le confeccionase a la menor indumentarias semejantes a las que llevaban, siglos atrás, indígenas del continente americano y que la víctima se hiciese fotografías vestidas así.

De esta forma, la Fiscalía afirma de la madre que «toleró durante meses la situación anómala que representaba esa unión cuasi-conyugal entre su hija menor y el otro acusado, de 45 años, aun planteándose en su fuero interno como altamente probable que entre ellos existiesen encuentros íntimos».

El padre descubrió los correos

Cuando el padre accedió a los correos electrónicos de su mujer e hija, interpuso denuncia ante la Guardia Civil junto a la acusada, «obligada por dicho descubrimiento, y a fin de aparentar ante las autoridades que había sido completamente manejada» por el procesado.

En el caso del hombre, la Fiscalía entiende que es autor de un delito de abusos sexuales, mientras que ve a la mujer como «cooperadora necesaria» por lo que pide para ella la misma pena, once años y seis meses, o, alternativamente, seis meses de cárcel si se considera que cometió un delito de tolerancia de la corrupción de su hija menor.

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