Se abre el acceso a una torre de la Catedral de Santiago por primera vez

Aunque pueda parecer sorprendente que la decisión se tome en tiempos como estos, con una bajada considerable del turismo y con el tiempo y gasto que requieren las medidas de seguridad contra el coronavirus, Daniel Lorenzo , director de la Fundación Catedral de Santiago, cree que 2020 «sí es el año oportuno para añadir un nuevo atractivo a la ciudad», aunque son conocedores de que «no es la mejor época desde un punto de vista económico». «Así, la gente que ya conoce Santiago podría venir de nuevo para tener esta visión tan peculiar de la ciudad», explica, remarcando el valor añadido turísitco.

De hecho, la Fundación tenía como primera intención iniciar las visitas a esta obra arquitectónica en el año 2019 , pero «no fue posible porque era muy complicado compaginar los trabajos de obra en la Catedral con la apertura de este espacio».

Aunque en un primer momento pueda parecer un gran esfuerzo subir varias decenas de altos peldaños, una vez en la cima de la torre todo el cansancio desaparece en detrimento de las vistas. Así, uno se asoma al balcón y puede apreciar todo Santiago, e incluso más allá. Las distancias de la capital de Galicia parecen reducirse, y todo da la sensación de encontrarse a tiro de piedra. De hecho, «los visitantes tienen un acceso a la ciudad a vista de pájaro» , señala Lorenzo. Todo es cercano, «se puede ver que la ciudad tiene unas dimensiones tan humanas que no haría falta ningún medio de transporte para recorrerla entera» y, de hecho, el director de la Fundación recomendaría organizar una visita a la ciudad desde las alturas.

En efecto, aunque la vista de 360 grados que ofrece la torre nos permita ubicarnos en la ciudad sin ningún tipo de dificultad, se recomienda que, a través de una app, se escuche una audioguía para maximizar la experiencia. Además, Daniel Lorenzo recalca el valor artístico que supone esta nueva apertura : desde las alturas «se puede apreciar cómo la Catedral nace en estructura románica y cómo va creciendo hasta el barroco».

Tampoco es exageración decir que las vistas quitan el aliento. Sí es cierto que no es una altura de vértigo (el balcón ronda los 70 metros), lo cual tampoco es necesario teniendo en cuenta que Compostela no es una ciudad caracterizada por construcciones altas. De esta manera, desde el balcón se ve un mar de tejados rodeando la plaza del Obradoiro, el Monte del Gaiás con la Ciudad de la Cultura, la gran mayoría de edificios universitarios, e incluso Lorenzo asegura que en los días más soleados se puede ver la Ría de Arousa.

Así, a partir de este sábado y por 12 euros se podrá visitar esta histórica torre que alberga la carraca que suena sólo dos veces al año: el Viernes y Sábado Santo, aunque Lorenzo lamenta que «con el ruido de la ciudad ya sólo se escucha en los alrededores del Obradoiro». A pesar de que la que está ahora en la Torre es una «réplica», la original se encuentra expuesta en una sala rodeada por las escaleras de subida.

La visita también incluye los museos del Palacio de Gelmírez , y al ser en grupos reducidos de 15 personas «no habrá sensación de agobio ni claustrofobia, como ocurre en otras torres de ciudades europeas», asegura Lorenzo.

De esta forma, se complementa la oferta cultural que ofrece una atracción como ya lo es por sí misma la Catedral. Además de lo impresionante que esta es a simple vista, ahora nos podremos adentrar en una de sus torres por primera vez. Aunque sí existen visitas a los tejados, ahora paradas por las obras, estas excursiones no ofrecen ni por asomo las vistas que tiene la Torre.

Esta nueva iniciativa completa la experiencia que supone el resto de actividades que tiene el edificio, como los museos o el imponente Pórtico de la Gloria, ofreciendo un punto de vista aéreo y que, como recalca Lorenzo, es un lugar excepcional para admirar la evolución artísitica de la Catedral.