Las Fuerzas de Seguridad, ante el Congreso contra la reforma de la ley de seguridad

Los sindicatos y asociaciones denuncian que la reforma se ha hecho sin ni siquiera el conocimiento del Ministerio del Interior, que aún no ha explicado por qué lo que en la anterior legislatura era una línea roja -la prohibición de las pelotas de goma-, ahora se acepta.

Los autores de la reforma de la ley, al menos que se sepa, no han consultado sus consecuencias con los profesionales de la seguridad, lo que a ojos de los convocantes es la mejor prueba de que se trata del precio político que paga el Gobierno a sus socios radicales por seguir en el poder.

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La unanimidad en las Fuerzas de Seguridad es absoluta en relación con este asunto, a pesar de las difíciles relaciones que hay entre varios sindicatos policiales y asociaciones de la Guardia Civil. El Gobierno ha conseguido ponerles de acuerdo a todos, lo que no deja de tener su mérito.

Fuentes de Interior intentan rebajar el impacto de la reforma con el argumento de que su implementación, en el caso de la prohibición de las pelotas de goma, será a medio o largo plazo en función de las circunstancias. Pero eso no tranquiliza a los agentes, que se juegan el físico en las calles y que ven cómo el nuevo texto les provoca inseguridad jurídica y desprotección.

Las movilizaciones no van a parar aquí y ya se habla de convocar una gran manifestación en Madrid. Con todo, las Fuerzas de Seguridad son conscientes de que es casi imposible parar la reforma, porque «el Gobierno está en manos de sus socios«.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo quiso apoyar a la Policía y a la Guardia Civil con su presencia en la concentración, a la que también asistieron miembros de Vox.