El fracaso en la reforma de la 'ley mordaza' agita al bloque de investidura y divide a Podemos

Por partes. ERC y Bildu volvieron este miércoles a la carga, veinticuatro horas después de que la comisión de Interior del Congreso de los Diputados tumbase tanto el informe de la ponencia sobre esa reforma –uno de los principales compromisos electorales de los partido de la coalición de Gobierno y de sus aliados parlamentarios– como las enmiendas transaccionales que presentaron esos grupos para tratar de preservar sus propuestas de máximos, básicamente la pretendida prohibición de las pelotas de goma como elemento antidisturbios de la Policía y la supresión de las llamadas devoluciones en caliente de inmigrantes.

El PSOE descalificó ambos planteamientos de manera muy severa. El primero porque, como dijo el portavoz del Grupo Socialista, Patxi López, una ley no puede prohibir herramientas concretas, sino regular protocolos generales en la acción de las fuerzas de seguridad; el segundo porque lo relativo al trato dado a la inmigración irregular debería ser potestad, en todo caso, de la ley de extranjería.

Ni cortos ni perezosos, e imprimiendo un nuevo giro a la disputa, ERC y Bildu anunciaron que presentarán una proposición de ley conjunta para promover la reforma en los términos que desean. El recorrido que pueda tener la iniciativa es prácticamente nulo, más aún a estas alturas de una legislatura que toca a su fin, pero podrá mantener viva la polémica e incluso provocar un debate parlamentario, para la eventual toma en consideración de la iniciativa, parecido al vivido este martes, pero en el pleno, un escenario de mayor repercusión.

El portavoz del PNV en Madrid, Aitor Esteban, volvió a arremeter contra ERC y Bildu por lo que considera una posición «incomprensible» de rechazo a la reforma que estaba en marcha, y que partía precisamente de una proposición de los peneuvistas. En una entrevista concedida ayer a Televisión Española (TVE), Esteban reprochó a los independentistas catalanes y al antiguo brazo político de ETA que hayan planteado como objeciones a la reforma frustrada asuntos «de los que no trataba la ley» pero que, explicó, «legítimamente se podrían haber planteado». Sin embargo, les reprochó Esteban, ninguno de esos dos grupos redactó enmienda alguna al respecto, más allá de las citadas transaccionales presentadas 'in extremis' el mismo martes, a pocos minutos de que la comisión de Interior votase la ponencia que terminó sin apoyos.

Que la reforma fuese tumbada por el rechazo de ERC y Bildu (sumado al de los partidos de la oposición) y que la denostada norma del Gobierno de Mariano Rajoy siga en vigor ocho años después de su aprobación –habiendo superado el examen del Tribunal Constitucional (TC), que hace dos años rechazó la mayoría de las objeciones sustanciales que hizo el PSOE en su recurso a la misma– también ha provocado enfrentamiento entre los socios de coalición. No es plato de gusto para ninguno llegar a las citas con las urnas de este 2023 plagado de ellas, con municipales y autonómicas en mayo y generales en diciembre, con el incumplimiento de uno de sus principales reclamos.

Por eso Podemos ha culpado a los socialistas de no haber tenido más paciencia ante el desacuerdo con ERC y Bildu, que a juicio del partido morado se podría haber solventado posponiendo la fatídica reunión de la comisión de Interior que ha sentenciado esta semana la reforma. E incluso de ser responsables, como le espetó Pablo Echenique a su homólogo, Patxi López, del «mayor fracaso de la legislatura». Previamente López había ridiculizado al portavoz de la formación morada, asegurando que debería «pasarse por las comisiones» para saber, dijo, «de qué se negocia».

Pero el enfrentamiento quizás más inesperado y significativo a cuenta del resultado de la votación que dejó en vía muerta la pretendida reforma de la 'mordaza' se produjo en el mismo seno de Unidas Podemos, y con su hiperactivo exlíder, Pablo Iglesias, como protagonista. En un artículo publicado en el portal Contexto, titulado inequívocamente «Balas de goma» no dudó en elogiar la postura de los independentistas catalanes y vascos, ya que a su juicio «tienen toda la razón ERC, Bildu y Podemos al exigir que la derogación de la ley mordaza, que el PSOE se niega a hacer, acabe de una vez con las balas de goma en España».

El diputado de Podemos y dirigente de IU, Enrique Santiago, con el que Iglesias ha tenido una relación política y personal muy estrecha, le afeó la conducta en Twitter, recordándole a que la vigente ley «no menciona una sola vez las pelotas de goma» y que, en contra de los que dicen los separatistas, no están prohibidas en Cataluña. Iglesias le contestó el miércoles en una entrevista en TV3, donde dijo que «yo creo que es un error que una parte de nuestros compañeros hayan pensado que caminar con el PSOE y tratar de acusar a ERC y Bildu era un buen negocio», concluyó, en un dardo dirigido igualmente al portavoz de los comunes en Madrid, Jaume Asens, quien también había culpado a ERC de lo sucedido.