Fracaso del Gobierno y sus socios: la ley de Seguridad queda intacta

La iniciativa para reformarla, que surgió esta legislatura del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y que ha sido objeto de una larga negociación de las formaciones coaligadas en el Gobierno central con sus principales aliados, ERC y EH Bildu -además de los peneuvistas-, murió definitivamente ayer en una tensa sesión de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, donde ERC y Bildu sumaron sus votos a los de la oposición para tumbar el informe de la ponencia, impidiendo incluso que llegue a debatirse en el pleno del Hemiciclo. En las afueras de la Cámara Baja los sindicatos policiales protestaban contra el intento de derogación, mientras que, tras conocerse la votación, los diputados del Partido Popular (PP) aplaudieron en clara señal de victoria.

Un año después del desencuentro con esos socios minoritarios por otra ley estrella de la coalición, la de la reforma laboral, ERC y Bildu vuelven a dar la espalda al Gobierno de Pedro Sánchez, aunque en esta ocasión no hay geometría variable -la reforma laboral recibió el apoyo de Ciudadanos- ni error de un diputado del PP que le salve, como ocurrió en febrero de 2022. La prometida reforma murió definitivamente ayer y la ley de Rajoy seguirá en vigor.

A partir de ahí, los distintos actores repartieron culpas, en un fuego cruzado difícil de seguir por momentos y que tuvo su reflejo en la discusión durante el receso de la comisión que refleja la foto que ilustra esta crónica, donde el portavoz socialista en dicha comisión, David Serrada, y el de Unidas Podemos, Enrique Santiago, discuten de manera visible con Jon Iñarritu (Bildu) y María Carvalho Dantas (ERC).

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Serrada, en declaraciones a los medios tras la sesión, replicó a la líder de Unidas Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, quien había acusado a los socialistas de ir «al choque» en este asunto. «Eso es rotundamente falso, yo no sé si la secretaria general de Podemos tiene toda la información, pero hemos presentado cuatro enmiendas conjuntas con su grupo parlamentario y con el PNV para desbloquear los puntos más conflictivos», señaló. Poco después su jefe de filas en el Grupo Socialista, el portavoz Patxi Lopez, echó más leña al fuego arremetiendo contra su homólogo morado, Pablo Echenique, ya que a su juicio «en vez de hacer tantas declaraciones debería pasarse de vez en cuando por las comisiones para saber qué se negocia y qué no». Echenique respondió en sus redes sociales que «después de provocar el mayor fracaso parlamentario de toda la legislatura», el portavoz del PSOE «debería ser un poquito más prudente y menos prepotente».

Los socialistas también arremetieron, y en términos muy duros, contra ERC y Bildu, igual que hizo el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que les señaló como «responsables» de que la, a juicio de estas formaciones, muy negativa ley de Seguridad siga hoy en vigor. ERC y Bildu llegaron a primera hora presentando una enmienda transaccional conjunta en la que reafirmaban sus posturas de máximos: prohibir el uso de pelotas de goma para los antidisturbios y suprimir las llamadas devoluciones en caliente de inmigrantes. Los mismos puntos a los que Interior había cerrado la puerta hace semanas y que, según los socialistas, no son más que «excusas» y «mentiras», ya que, como explicó López con tono indignado, la ley no puede suprimir una herramienta específica como las pelotas de goma, sino que únicamente puede hablar de forma genérica de los protocolos y lo relativo a la inmigración debería abordarse, en todo caso, en la ley de Extranjería. Poco antes el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, blandió en la sala de prensa del Congreso dos fotografías, una de una mujer mutilada en un ojo por un pelota de goma y otra de unos inmigrantes tratando de trepar a la valla de Ceuta, para escenificar gráficamente su postura.

En La Moncloa, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, cargó las culpas en los aliados parlamentarios: «Ellos sabrán. Es una pena que una ley que era también esperada no haya podido salir adelante», lamentó tras el Consejo de Ministros. En privado, fuentes gubernamentales insisten en que esa iniciativa «no es del Gobierno», aunque sí reconocen que era «un compromiso del PSOE». E insisten en culpar a ERC y Bildu por «impedir» la derogación.

Los socialistas consideran que las enmiendas presentadas «reflejan lo que prometimos reformar». «Ellos sabrán qué es mejor, si avanzar con el objetivo del Gobierno o añadir más cosas y evitar que prospere la derogación. Han preferido volver a la del PP por sus temas que están fuera de agenda», insisten desde Moncloa, culpando a sus dos socios. Ya la semana pasada el Gobierno admitió que priorizaba, frente a la 'mordaza', la de vivienda, proyecto que sí nace del Gobierno.

El ala socialista del Ejecutivoinsiste en que hay que «diferenciar esto respecto a algo que proviene del Gobierno». Por ejemplo la mencionada ley de Vivienda, cuya viabilidad separan de lo que ha sucedido con la de Seguridad. No hay contagio en forma de ruptura definitiva del bloque parlamentario: «No tiene nada que ver. En 'mordaza', ERC y Bildu han querido ir más allá del compromiso del Gobierno». Pero en Podemos el enfado era mayúsculo. Belarra definió como «incomprensible la cerrazón a negociar del PSOE». Y advierte: «La coalición no puede permitirse desperdiciar así el último año de legislatura». La portavoz de Podemos, Isa Serra, fue más allá al tildar de «indecente» que el PSOE «incumpla su palabra negándose a eliminar los aspectos más lesivos, contrarios al derecho de manifestación y a los Derechos Humanos».