Ferraz se refugia en sus alcaldes ante unos barones que van por libre

Por un lado, el tipo de política social y económica que se desarrolla desde La Moncloa gusta en los territorios y es vendida como activo por el conjunto del partido. Por otro, la propia imagen del presidente y sus alianzas generan un clima, que fuera de Madrid llaman «ruido», del que los presidentes autonómicos quieren huir. Desde la repetición electoral de 2019 los territorios viven en ese equilibrio. Sánchez es el presidente, no hay margen para la oposición interna, comparten o al menos entienden buena parte de su agenda legislativa y tienen enfrente un horizonte de alianza entre PP y Vox que funciona como un pegamento. Pero algo falla.

Los presidentes autonómicos, de los más afines a los más críticos, tienen claro que quieren una campaña para el 28 de mayo muy centrada en sus territorios. «Sin llegar a ser Emiliano (García-Page), nosotros a lo nuestro», dicen desde una presidencia autonómica. El presidente de Castilla-La Mancha es el máximo exponente de la autonomía, estilo propio y confrontación con Moncloa. Un pulso que para muchos es excesivamente artificial, pero que se explica porque mientras muchos de ellos, incluido Sánchez, pueden gobernar con porcentajes de voto entre el 25% y el 30%, Page necesita superar el 40%. O mayoría absoluta o queda sin Gobierno. Puerta grande o enfermería. Prácticamente todos los presidentes autonómicos han marcado posición ante el Gobierno central cuando han tenido que hacerlo. El que más está acentuando su perfil propio es el valenciano Ximo Puig. Precisamente, el único que estará este fin de semana en la Convención Municipal, por una condición de anfitrión que en la Generalitat Valenciana no hace mucha gracia. En su campaña para el 28-M se puede ver una imagen de Puig en primer plano junto a su nombre y el lema «El president».

Una campaña presidencial y un objetivo que están provocando un pulso y un distanciamiento muy fuertes con Madrid a cuenta del Trasvase Tajo-Segura. La Generalitat Valenciana y varios municipios alicantinos ya han recurrido la medida al Constitucional. Muchos piensan ya en ese voto dual que siempre ha existido en Castilla La Mancha o Extremadura. «A nosotros nos va a votar gente que luego votará a Feijóo». El propio líder del PP lo tiene claro.

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Ya al comienzo del curso político, tras el pasado verano, quedó claro que no iba a haber una convención autonómica que prefigurase la idea de que esas campañas estaban por debajo de un marco federal o formando parte de un proyecto supra autonómico. No. Aquí cada uno hará lo que tenga que hacer en su ámbito territorial. Y Ferraz, que también sabe que sus mandatarios en las comunidades son su mejor baza electoral en mayo, en cierto modo consiente. Lo fundamental es que el 28 de mayo el PP no pueda presentar un gran botín. «En 2019 nosotros aprovechamos el tirón de Sánchez. Ahora nos toca a nosotros», resume una presidenta autonómica cercana a Moncloa y Ferraz.

En este marco, la apuesta del PSOE son las elecciones municipales. Que además son en todo el territorio. En los municipios también quieren una campaña propia y territorializada. Desde luego lo quiere el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, principal regidor del partido. Y Óscar Puente, alcalde de Valladolid. Qué decir de Abel Caballero, Vigo. Pero luego además hay alcaldes medianos que ven con muy buenos ojos la compañía del presidente del Gobierno. Sánchez lleva 17 mítines en lo que va de año. Y se propone incrementar su presencia orgánica de aquí al 28-M. Va a estar en todo el territorio. «Y esto es resultado de las múltiples peticiones que tenemos para que vaya», aseguran en Ferraz.

Hay además candidatos como Sandra Gómez (Valencia) que no gozan del entusiasmo de sus líderes autonómicos pero que sí son muy respaldados por el federal. Luego están los casos de Reyes Maroto (Madrid) o Carolina Darias (Las Palmas de Gran Canarias) que en su condición de exministras de Sánchez no tienen ningún problema en expresar su vinculación: «Él y sus políticas son un ejemplo», señaló este jueves la candidata socialista en la capital.

Barcelona sigue siendo el gran objetivo para el 28 de mayo. Aunque la irrupción del exalcalde Xavier Trias enfrió las opciones de Jaume Collboni, en Ferraz señalan que en los últimos sondeos de los que disponen se recuperan opciones de hacerse con el bastón de mando: «Allí vamos hacia arriba». En el ámbito municipal y en esas grandes capitales la cuestión de la vivienda es fundamental. Por eso se quería aprobar la Ley de Vivienda ahora. El trámite parlamentario se extenderá durante la precampaña y la campaña. De hecho, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, responsable formal del texto normativo, valoró el acuerdo junto al candidato socialista en Barcelona.

Ferraz ve en su base local el mejor atributo de cara a las urnas. Y en los últimos días ven con satisfacción lo que entienden como una rebaja de expectativas por parte del PP: «Feijóo habló demasiado hace meses cuando dijo que el 28M sería la verdadera moción de censura y planteándolas como un plebiscito. Hace dos meses decían que iban a arrasar». La campaña tiene como primer objetivo mantener un poder institucional que en 2019 fue muy importante, con el PSOE beneficiándose de la división de la derecha. Ahora ese escenario ha cambiado y hay una decena de capitales de provincia donde la derecha no gobernó pero tuvo más votos que pueden peligrar para los socialistas. Esta campaña va de eso en primer lugar.

Pero también es para Sánchez una base para desplegarse por todo el territorio y seguir defendiendo su gestión. Que el partido esté activo ahora pero que mantenga ese pulso de cara a las generales de final de año. Desde la sede federal llevan activando el partido desde el pasado septiembre con la campaña 'El Gobierno de la Gente'. «Eso ha funcionado muy bien. Estamos con ventaja sobre el resto en movilización de nuestra gente. Estamos haciendo casi 200 actos a la semana en todo el territorio, en todos los tamaños y formatos». El PSOE se aferra a ese músculo municipal como mejor activo de este ciclo electoral incierto. Gobierna el 57% de las ciudades de más de 20.000 habitantes. Tiene más de 22.000 concejales en todo el país. Primer reto, mantenerlo. Segundo objetivo, engrasar los altavoces para el mensaje presidencial ante las generales: «Han vendido la piel del oso antes de cazarlo. La implicación del presidente va a ser total. Vamos a contar la gestión del Gobierno a los cuatro vientos, utilizando toda la fuerza e implantación territorial que tenemos», dicen en Ferraz.

En ese diagnóstico socialista, mucho más optimista hoy que hace un año, planea una incertidumbre que, no obstante, afecta al PP: «Tanto ellos como nosotros vamos a depender de terceros para gobernar en muchos sitios». En lo que confía Ferraz es en que el PP «solo puede y quiere» pactar con Vox. Su ramillete de pactos es más amplio. Aunque de algunos socios como Aragón Existe o el PRC se empieza a dudar.