Ferraz confía en que la declaración de Santos Cerdán no agrave el escándalo

La procesión, metáfora mejor acuñada en Sevilla que en ningún sitio, va por dentro, pero tanto la Moncloa como Ferraz indican en privado que la primera cita de Cerdán ante el juez no tiene por qué desestabilizar al proyecto socialista más de lo que lo ha hecho ya, tras el demoledor informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que forzó su dimisión.

Primero porque no creen que Cerdán vaya a tirar de manta alguna. Montero fue clara al respecto al vaticinar que el antiguo secretario de Organización del la Ejecutiva Federal declarará ante el TS «lo que le dicte su defensa». Y la lógica indica que si trata de salvarse, difícilmente puede empezar implicando al partido. Y en segundo lugar porque los socialistas, que este próximo sábado elegirán en su Comité Federal al sustituto de Cerdán y a una renovada Ejecutiva, empiezan a estar confiados en que no hay datos que hagan agravarse el escándalo. Esto último no descarta la aparición de nuevos nombres implicados, lo que sí preocupa sobremanera, pero sí que aparezcan indicios de cualquier tipo de financiación irregular.

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En ese sentido, lo que trasladan fuentes del partido es que las revisiones de algunos gastos que se han hecho permiten respirar aliviados a los miembros de la cúpula socialista.

En todo momento, y como viene siendo habitual desde que el 12 de junio Cerdán dimitiese y Sánchez pidiese perdón en la sala de prensa de Ferraz, la tesis o idea fuerza que se maneja es la de un líder y toda una organización engañados por un Cerdán al que ya sin miramientos se describe como un mentiroso patológico. «Es que es casi un caso de doble personalidad», explica con enojo alguno de quienes le conocieron bien de cerca y le interrogaron ante las primeras especulaciones sobre el informe de la UCO. «Él echaba pestes de Ábalos y de Koldo», explican personas de la Ejecutiva en referencia al exministro de Transportes y su mano derecha, que ya han declarado en el TS.

Aunque nadie olvida que la declaración de este lunes es solo un episodio más de un escándalo del que no se ha escrito aún el último capítulo.