El duelo español por ganarse el favor de Ursula

De hecho, no había recibido aún a Nuñez Feijóo, a pesar de que ambos coinciden en las reuniones de líderes populares previas a las cumbres europeas. En esta ocasión, la presidenta de la Comisión había citado el miércoles al líder del PP a cenar en el apartamento que la alemana se ha habilitado en su despacho de la última planta del edificio Berlaymont, la sede central de la Comisión Europea.

Como el vuelo de Feijóo salió con retraso de Madrid, la presidenta aceptó esperarle más de una hora, según fuentes que fueron testigos del encuentro, porque la dirigente europea tenía gran interés por escuchar la versión del jefe de la oposición sobre la situación en España. La sobremesa se prolongó «bastante», según el equipo de Feijóo.

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Von der Leyen aspira a un segundo mandato, para lo que necesita primero el apoyo de los dirigentes populares de toda la UE que tienen que designarla como su candidata y después tendría que ser ratificada por los Gobiernos en el Consejo Europeo.

Hasta ahora parecía que la alemana daba por hecho que en mayo de 2024, cuando se hayan celebrado las elecciones europeas, Sánchez seguiría sentado en el Consejo Europeo como uno de los mandatarios más relevantes del campo socialista y que por ello necesitaba mantener buenas relaciones con el español.

En el PP han interpretado la cena de anteanoche como «un claro cambio de tono» en la visión que tiene del actual Gobierno de España la jefa de la Comisión Europea, que al menos deja abierto el pronóstico.

Tal vez por ello, Feijóo no ha querido hacerse eco de las críticas que muchos de los responsables europeos de su partido hacen a la condescendencia de la Comisión hacia la política de reformas vinculadas a los fondos europeos que recibe España y que creen «que no se gestionan con eficacia y no están llegando a la economía productiva».

Y, en cuanto al tema más polémico en estos momentos, que es la reforma de la pensiones, a la que la Comisión también ha dado su aval, Feijóo fue también muy claro diciendo que cree que «es un parche» que no va en la buena dirección y que, si se compara con lo que sucede actualmente en Francia, «solo puede significar que una de las dos fórmulas está equivocada».

La prueba de que la cena de Feijóo con Von der Leyen ha sido percibida en La Moncloa con inquietud es que, poco después de que el líder popular hubiera comparecido públicamente, lanzó al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que estaba también en la capital comunitaria, para contraprogramar con unas sulfurosas declaraciones contra el líder de la oposición, al que tildó de «irresponsable, frívolo, insolvente y antipatriota».

Pero la realidad es que Sánchez va a ejercer como presidente de turno del Consejo Europeo durante seis meses y Von der Leyen también está obligada a entenderse con él. Al menos medio año.