Feijóo prepara una ofensiva parlamentaria para fiscalizar las reuniones secretas de PSOE y Junts

La clandestinidad, la falta de transparencia del encuentro, el hecho de que las reuniones se celebren en el extranjero y con la figura de un verificador internacional que se ha pretendido ocultar están siendo elementos muy difíciles de digerir para el PSOE. Que viene recibiendo críticas al respecto desde hace días desde el espacio mediático más cercano a sus postulados.

Desde el Partido Popular van a hacer de esta cuestión uno de sus frentes de oposición inmediata. Desde Génova empiezan a diseñar los siguientes pasos. Fuentes populares informan de que una vez que se ha confirmado que «PSOE y Junts están negociando en Suiza un nuevo marco de convivencia y relación entre España y una de sus Comunidades Autónomas», el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo ha pedido a los portavoces en el Congreso, Senado y Parlamento Europeo que activen «cualquier mecanismo parlamentario para obligar al Gobierno a informar del contenido de esa reunión, del orden del día, de los acuerdos alcanzados y también acerca de la identidad de los mediadores internacionales que tanto se afanan en ocultar», transmitieron desde Génova unas horas antes de que la presión y la fiscalización de los medios de comunicación obligasen a los socialistas y a Junts a desvelar la identidad del mismo.

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Aunque desde el PP estiman que incluso ese anuncio está trufado de oscurantismo porque ambas parte se refirieron ayer al diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez como encargado para «que coordine el mecanismo internacional que forma parte del acuerdo político». Es decir, sigue sin precisarse si Galindo trabajará en solitario, si coordina a un grupo más amplio de personas o si dependen de alguna organización internacional de verificación.

Desde Génova anticipan ya que la primera sesión de control al Gobierno será «un buen momento para empezar a reclamar esa información en el Congreso». Los populares critican que hace seis años que Carles Puigdemont huía a Waterloo «para escapar de la Justicia española» y que ahora es uno de los principales dirigentes del PSOE el que tiene que irse fuera de España «para negociar con él lo que somos como país».

Es ese el cambio de paradigma en el que incide el PP. El independentismo siempre estuvo allí. La diferencia es su alianza con el actual PSOE. «El mayor activo de la causa independentista ya no es Carles Puigdemont: es Pedro Sánchez», denuncian en el PP. Este salto cualitativo en la escenificación de la dependencia de los socialistas llega un día antes de una nueva convocatoria del PP para manifestarse en defensa de la Constitución.

Un acto en el Templo de Debod en el que participarán junto a Alberto Núñez Feijóo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. Según trasladan desde Génova, Feijóo reivindicará la existencia de una alternativa política «vigilante y firme» y la necesidad de una sociedad movilizada «que no se dejará doblegar».

Feijóo defendió ante el Comité Ejecutivo Nacional que el PP va a hacer una oposición «proporcional y proporcionada a la radicalidad del Gobierno». Los populares hace mucha pedagogía a esa idea: no se puede aceptar que el estilo de oposición venga marcado por el Gobierno y sus satélites. Mañana Feijóo reivindicará esa autonomía «frente a un PSOE que nos quiere quietos, callados y mansos». También pondrá el foco en el «constante bochorno internaciona», tras la grave crisis diplomática con Israel, el choque con el Gobierno de Italia y el desmentido de la Comisión Europea al ministro Félix Bolaños.

Este nuevo acto del PP se propone en la previa de una semana que se espera también intensa. El miércoles se conmemora el aniversario de la Constitución, con uno de los actos políticos más candentes de cada año. Y que llegará en un momento de profundo choque. Y ese aniversario no servirá como paréntesis. Entre otras cosas porque, previsiblemente, el día anterior la Mesa del Congreso incluirá la Ley de amnistía en el orden del día del próximo Pleno.

Dentro de la estrategia de oposición del PP que la calle se mantenga activa es uno de los pilares fundamentales. Pero tanto Génova como los líderes territoriales saben que esa no puede ser la apuesta principal de su confrontación con el Gobierno. Tras el acto en la plaza Felipe II en Madrid, precedido y al que siguieron algunos actos en Toledo, Málaga o Valencia, el PP ha participado en varias concentraciones contra la amnistía. Como las del 8 de octubre en Barcelona y la del 18 de noviembre en Madrid. Ambas convocadas por entidades de la sociedad civil y en la que participó también Vox. El epicentro de la movilización fue la concentración simultánea en las 52 capitales de provincia convocada por el PP el pasado 12 de noviembre. Pero los populares saben, y ya sienten, que mantener esa activación es complejo. Por lo que apuestan por darle un cauce más cualitativo y buscando también ‘perchas’ como la de este domingo en defensa de la Constitución.