La FAPE llama a «terminar» con la «crispación» y «los ataques a la prensa»

Así lo acordó en el marco de su 83 asamblea general, que tuvo lugar en Talavera de la Reina y en la que, coincidiendo con el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra el viernes, se aprobó la difusión de un manifiesto destacando la necesidad de «cumplir» los principios éticos y profesionales y de «defender» el libre ejercicio del periodismo, de la libertad de expresión y del derecho a la información veraz de los ciudadanos.

«Si no hacemos de muro de contención, los bulos y las mentiras crecerán sin freno. Somos nosotros los que tenemos que sostener los principios del buen periodismo«, aseveró, para demandar la »firme defensa de la libertad de prensa« como »medio imprescindible para fortalecer la democracia«.

En paralelo, la FAPE también reclama a los grupos políticos que protejan el derecho constitucional de la ciudadanía y no fomenten la difusión de mentiras y bulos mediante el uso «perverso» de las redes sociales y las presiones a los medios y los periodistas.

En concreto, en la 'Declaración de Talavera de la Reina', insta a a los grupos políticos a que «acaben» con la «crispación» y «terminen con los ataques a la prensa y a los periodistas para acallar las voces críticas«.

Junto a ello, advierte del «peligro» de la divulgación de discursos de odio que «fomentan estas actitudes» y pide a los grupos e instituciones que «hagan siempre información veraz y no difundan noticias falsas o manipuladas en función de sus intereses».

«La tarea principal de los periodistas es preguntar, investigar y denunciar los comportamientos irregulares y el pluralismo es una condición indispensable para el buen funcionamiento de las sociedades democráticas», recordó, para subrayar que, «si la obligación de los periodistas es preguntar y repreguntar, la de los dirigentes y representantes públicos es la de someterse a sus preguntas«.

En este contexto, denunció los «ataques al libre ejercicio del periodismo» a través de «determinadas prácticas antidemocráticas», como «señalamientos, acoso on line, exclusión de medios y periodistas de convocatorias, comparecencias sin preguntas e «intentos de imponer preguntas».

A su vez, reclamó a los profesionales del periodismo que «no difundan mentiras, bulos o cualquier información que no haya sido confirmada y contrastada», que ejerzan la función de «control de los poderes» y «eviten el contagio de la polarización política» y que se «preocupen por asegurar la regeneración de los principios éticos y deontológicos como »única vía para recuperar la confianza en los ciudadanos«.

«La cada vez mayor precariedad laboral y salarial en las redacciones supone un incentivo para que aumenten las presiones y se reduzca la necesaria independencia en la labor periodística», alertó, al tiempo que reivindicó la alfabetización mediática como «arma para educar a la ciudadanía y luchar contra la desinformación».