Extremadura estalla ante la singularidad nuclear catalana: «Somos el conejillo de indias»

La información ha supuesto un verdadero terremoto, principalmente, en Extremadura, donde, durante mucho tiempo, se viene reclamando la continuidad de la central nuclear de Almaraz, que es la que abre el calendario de cierre en el año 2027. El pasado mes de enero, más de 7.000 personas se congregaron en el municipio para reclamar la continuidad de una instalación que da empleo directo a más de 3.000 personas en el norte de la región.

La plataforma `Sí Almaraz, Sí al Futuro´, que encabeza desde hace meses las movilizaciones en este sentido, ha sido especialmente crítica con esta posibilidad. Su presidente, Fernando Sánchez, hace referencia directamente a la información de ABC, lo tacha de «escándalo» y asegura que condenaría a Extremadura a la desindustrialización: «España no se puede permitir el lujo de cerrar Almaraz y mantener otras centrales». Sánchez entiende que esta decisión volvería a «castigar» a una comunidad autónoma que sería, una vez más, «conejillo de indias». Insiste en que Almaraz genera el 7% de la electricidad de toda España y el 15%, por ejemplo, de la Comunidad de Madrid.

En la misma línea, se ha pronunciado la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, que cree que estamos ante el «colmo del sectarismo», como aseguraba en sus redes sociales: «Sánchez negocia la continuidad de la energía nuclear en Cataluña, pero a Extremadura nos condena al cierre». «Ya está bien de desprecios y humillaciones a una tierra que tiene todo el derecho a crecer», añadía.

El Partido Popular de Extremadura ha incidido en esta posibilidad, pidiendo incluso la dimisión del presidente del Gobierno. Su portavoz, José Ángel Sánchez Juliá cree que, de materializarse el acuerdo, se demostraría que Sánchez quiere «jugar» con el futuro de los extremeños: «Almaraz es su laboratorio para luego beneficiar a otras comunidades autónomas». Igual de contundente ha sido la líder de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel: «La política energética no puede depender de los apoyos que el señor Sánchez necesita para mantenerse en el Gobierno».

El PSOE extremeño, por su parte, guarda la ropa. Uno de sus portavoces, Juan Ramón Ferreira, apela a no conocer la «concreción o nivel de realidad» de la información, mientras insiste en que la pelota está en el tejado de las empresas que son las que tienen que pedir la prórroga: «La basura de casa la pagamos cada uno, la basura nuclear la tienen que pagar los que explotan la central».