España relanza en «igualdad de condiciones» el futuro caza europeo
Arranca la segunda y crucial fase del proyecto donde comenzarán a desarrollarse los demostradores
Indra prepara ya una nueva sede para el proyecto y al igual que Airbus prevé nuevas contrataciones
Futuro sistema aéreo de combate. Fuente Airbus
El futuro de la aviación militar europea también tendrá sello netamente español. Con una participación en plano de igualdad al 33 por ciento –junto a Alemania y Francia– el Ministerio de Defensa anunció el pasado jueves la adjudicación del contrato a tres bandas con ... las empresas Indra (empresa coordinadora en España), Airbus (lo mismo en Alemania) y Dassault Aviation (Francia) para iniciar una fase de demostraciones de los distintos sistemas del conocido como 'NGWS' ('Next Generation Weapons System' o Sistema de Armas de Nueva Generación).
El valor de esta 'Fase 1b' del contrato, que abarca tres años y medio de actividades, supera los 3.000 millones de euros. La 'fase de demostraciones' en su totalidad tendrá un coste de 8.000 millones con posteriores anualidades.
'Villa Airbus' de Getafe
Esta es solo una fase inicial de 'prueba y error'. El programa tiene un calendario que llega en su fase de maduración tecnológica hasta 2035. Tras este año se espera su producción en cadena para una entrada en servicio en las fuerzas aéreas de los tres países participantes en 2040. Así se expuso durante unas jornadas organizadas por Airbus en su renovada sede de Getafe con una cuarentena de medios de comunicación mundiales. Es en esa misma sede de Getafe –junto a Sevilla es una de las 'villas Airbus' en España– se han ensamblado durante los últimos 20 años los cazas Eurofighter en servicio actualmente en el Ejército del Aire español y también se han producido piezas como el ala derecha de todos los Eurofighter de Alemania, Italia y Reino Unido.
La piedra angular del nuevo proyecto militar será el 'New Generation Fighter ' (avión de combate de nueva generación). Es decir, el futuro caza. Pero a diferencia de los aviones predecesores este se concibe como «un sistema de sistemas» que tendrá contacto directo con otras plataformas (carros de combate, buques, satélites, drones...) y que conformarán un 'todo' como sistema de combate a través de conexiones satelitales o la nube en combate.
«No es un avión de combate más, sino que implica un sistema en su totalidad donde será clave la integración de los sensores y la interacción con otros dominios o armas a disposición de las fuerzas armadas», explicó Michael Schoellhorn, CEO de Airbus Defence, durante una cena celebrada en Madrid, ciudad que acogerá próximamente una reunión simbólica, «a nivel ministerial probablemente», pare celebrar la nueva fase del proyecto franco-hispano-alemán.
A una pregunta de ABC en ese encuentro en Madrid, Schoellhorn no escatima elogios al papel de España por su implicación «en igualdad de condiciones con Francia y Alemania» pese a que los presupuestos de Defensa no son comparables. Cada país se ha comprometido a invertir 1.200 millones de euros en los cuatro próximos años.
Bien es cierto, que España actúa de tercera parte o territorio neutral después de las disputas acaecidas entre Airbus y Dassault Aviation durante los últimos meses y que amenazaron con dar al traste con el proyecto. Finalmente hubo fumata blanca para proseguir con las inversiones. Máxime después de ver cómo Reino Unido e Italia encontraban en Japón otro país inversor para desarrollar su propio caza futuro, al margen de este proyecto paneuropeo.
¿Y España? ¿Qué papel jugará en la concepción e industrialización del futuro caza europeo? La tecnológica española Indra es efectivamente la empresa 'tractor' del proyecto en España y lidera a nivel internacional uno de los siete pilares del proyecto: el de sensores, teniendo a la francesa Thales y a la alemana FCMS como empresas socias.
Además, se encarga a nivel nacional del pilar de 'nube de combate' y coliderará internacionalmente tanto los dos pilares transversales encargados de la definición, selección y validación de arquitecturas de proyecto de 'sistema de sistemas' como el entorno digital seguro de trabajo para el programa.
«El desarrollo de este proyecto consolida a Indra como uno de los grandes líderes tecnológicos de la defensa europea, gracias a las destacadas capacidades de nuestra compañía en el desarrollo de sistemas tecnológicos de última generación, guerra electrónica, radares, sistemas de misión e integrados de mando y control y defensa aeroespacial, nuevo espacio, simulación y ciberdefensa, entre otros», explica Ignacio Mataix, consejero delegado de Indra.
Inteligencia artificial, 'big data', 'edge computing' (almacenamiento de datos útiles en definitiva) o la conectividad avanzada son tareas que Indra deberá liderar. Por ello esta empresa contará a partir de próximas semanas con una sede y un centro de trabajo destinados en exclusiva al proyecto NGWS... o FCAS, como también se conoce. A nadie se le escapa que con tanto acrónimo urge la elección de un nombre para consolidar el proyecto industrial de cara a la ciudadanía (pagadores vía impuestos) y futuros clientes internacionales.
En España este proyecto militar supondrá la creación de más de mil puestos de trabajo directos de muy alta cualificación, más de 400 en Indra. Esta empresa y Airbus ya buscan perfiles nuevos relacionados con las tecnologías anteriormente mencionadas. Por ejemplo, la aeronáutica europea pasará de 200 a 800 los trabajadores involucrados en este programa a finales de 2023.
Con las instalaciones de Airbus DS en Getafe, España también desarrollará otros papeles en los cuatro pilares y ya en su fase final de producción. Hay que recordar que Indra no construye aviones, esa última fase se realizará en las líneas de ensamblaje madrileña.
Precisamente en estas instalaciones ya se prueba el vuelo de drones desde aviones de Airbus A400M para comprobar su conectividad. Es una fase experimental de la compañía aeronáutica, síntoma de que los tiempos aeronáuticos futuros puedan ir por ahí.
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