España queda fuera de la coalición de EE.UU. en Yemen

Las Fuerzas Aéreas de EE.UU. llevaron a cabo la noche del 11 al 12 de enero ataques dirigidos contra más de 60 posiciones de las milicias hutíes de Yemen, que han estado atacando buques mercantiles en el mar Rojo, cerca del Canal de Suez, desde que comenzara la operación militar de Israel de respuesta a Hamás en Gaza.

Adversarios de EE.UU. en la escena internacional han celebrado la postura de España. Un editorial de la televisión estatal del régimen chino dijo el mismo día del ataque, expresando una opinión oficial «Presionando al gobierno español para 'rectificar' la decisión, EE.UU. ha vuelto a exhibir sus habilidades clásicas en diplomacia coercitiva. En el diccionario de Washington, 'aliado' significa 'obediencia'. Al realizar llamadas telefónicas al lado español, EE.UU. actúa como un 'amo' que manipula todos los medios posibles para que sus aliados desobedientes respondan a sus demandas». Este tipo de editoriales en medios estatales reflejan la postura oficial del régimen comunista.

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En meses recientes, el Gobierno español se ha cercado a EE.UU. con cesiones importantes. Las más recientes son el aceptar en 2023 un cupo de casi 300 inmigrantes hispanoamericanos en un programa impulsado por EE.UU. y considerar como válidos los pasaportes de Kosovo, tras presiones para ello de legisladores norteamericanos. En esta misión en Yemen, crucial para Joe Biden, se he negado.

La operación en Yemen fue ejecutada por el Comando Aéreo Conjunto y Combinado de EE.UU. en Oriente Próximo, y tuvo como objetivo, según un comunicado militar de EE.UU., desmantelar las capacidades hutíes, incluidos puestos de mando y control, depósitos de municiones, sistemas de lanzamiento, instalaciones de producción y sistemas de radar de defensa aérea. Reino Unido dijo que atacó desde Chipre con el uso de cuatro de sus cazas de combate.

Tras los ataques, un grupo de 12 naciones, las mencionadas antes, apoyó los ataques invocando el derecho de legítima defensa. Una declaración conjunta del 3 de enero de 2024, había advertido contra los ataques ilegales, enfatizando la necesidad de actuar con responsabilidad. A pesar de esto, los ataques persistieron, lo que llevó a ataques en áreas controladas por los hutíes en Yemen. España estuvo ausente de esos comunicados a pesar de presiones abiertas de EE.UU.

Dijeron aquellas naciones en el comunicado: «Nuestra intención es reducir las tensiones y restablecer la estabilidad en el mar Rojo, pero que nuestro mensaje sea claro: no dudaremos en defender vidas y proteger el libre flujo del comercio en una de las vías navegables más críticas del mundo frente a amenazas continuas».

Este ataque no está relacionado con la guerra en Israel, ni con el conflicto en Yemen, un país donde un gobierno apoyado por Arabia Saudí se defiende ante ataques de las milicias que apoya Irán.

El 8 de enero, en un llamada del jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., el general CQ Brown Jr., al jefe del Estado Mayor General de España, el almirante General Teodoro López Calderón, ambos abordaron a instancias del primero los continuos ataques de los hutíes a buques comerciales en el mar Rojo. EE.UU. dejó claro que quiere la colaboración de naciones aliadas en preservar la libertad de navegación y garantizar el paso seguro del transporte marítimo global​​.

En el comunicado se dijo, literalmente: «El general Brown reiteró el deseo de EE.UU. de colaborar con todas las naciones que compartan un interés en defender el principio de la libertad de navegación y garantizar un paso seguro para el transporte marítimo global». ABC preguntó al Pentágono si España había dado indicaciones de que ingresaría en esta coalición, pero un portavoz declinó responder.

Esa ruta lleva al Mediterráneo por el Canal de Suez. Los hutíes han intensificado los ataques a navíos mercantes en el mar Rojo y la ruta que lleva al canal de Suez, en respuesta a la misión de Israel en Gaza. Por el mar Rojo transita hasta un 15% de todo el comercio mundial, y en especial el 12% del comercio mundial de petróleo por mar. Irán también apoya a Hamas, la milicia palestina que gobierna Gaza y mató a 1.200 israelíes en un ataque el 7 de octubre.

España se ha resistido hasta que ha llegado el ataque, aun a pesar de presiones por varias vías. La más importante fue la del secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin. Este trató de sumar aliados a esta coalición en una reunión ministerial mantenida el 18 de diciembre con representantes de 40 países aliados más la Unión Europea y la OTAN. Austin estaba de visita en Bahrein, y la reunión ministerial fue virtual. A su término, Austin hizo un anuncio que sorprendió a los socios europeos, por incluir en él a países que, a tenor de lo que se sabe ahora, no habían confirmado.

Dijo Austin: «La Operación Guardián de la Prosperidad está reuniendo a múltiples países, incluyendo el Reino Unido, Baréin, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Seychelles y España, para abordar conjuntamente los desafíos de seguridad en el sur del Mar Rojo y el Golfo de Adén, con el objetivo de garantizar la libertad de navegación para todos los países y fortalecer la seguridad y la prosperidad regionales».

Austin se había reunido con integrantes de lo que se conoce como Fuerzas Marítimas Combinadas, con 39 integrantes, entre los que está España. Según el Pentágono, su principales áreas son combatir el terrorismo, prevenir la piratería, fomentar la cooperación regional y promover un entorno marítimo seguro. Dentro de esas Fuerzas está la Misión 153, que lideran EE.UU. y Egipto, centrada desde 2022 en dar seguridad al mar Rojo. Según Pat Ryder, el portavoz del Pentágono, la nueva Operación Guardián de Prosperidad entraría dentro de esa Misión.

El anuncio forzado no era una estrategia de presión solo del Pentágono. Al día siguiente, 19 de diciembre, el portavoz de la diplomacia estadounidense, Matthew Miller, dijo: «Damos la bienvenida a la participación de nuestros aliados y socios, el Reino Unido, Baréin, Canadá, Francia, Italia, los Países Bajos, Noruega, Seychelles y España, en la confrontación de esta amenaza».

El mismo día, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, empleó la misma estrategia: «Este es un desafío internacional; requiere una acción colectiva e internacional. Y hemos podido reunir ahora a varios socios, incluyendo el Reino Unido, Baréin, Canadá, Francia, Italia, los Países Bajos, Noruega, Seychelles, España, y aún más para abordar este desafío juntos».

Lo cierto es que cuando EE.UU., junto con la UE y la OTAN, emitieron el 19 de diciembre un comunicado de condena a los ataques de los hutíes, en representación, decían, de 44 naciones a las que no nombraban —algo infrecuente— sólo estamparon en el texto su firma Australia, Bahamas, Japón, Liberia, Nueva Zelanda, República de Corea, Singapur y Yemen. Ahora se les han sumado aliados europeos estratégicos: Bélgica, Dinamarca, Alemania, Italia y Países Bajos. Quedan fuera Francia y España.

Pat Ryder, el portavoz del Pentágono, informó sobre la supuesta coalición el 21 de diciembre. Dijo que «al ser una coalición voluntaria de países, esto significa que los países pueden aportar lo que consideren que pueden contribuir en función de sus prioridades nacionales y decisiones domésticas».

Según el comunicado del Pentágono, se utilizaron más de 100 misiles de precisión de diversos tipos durante los ataques en Yemen, «aprovechando activos aéreos y marítimos de toda la coalición en la región». La ofensiva incluyó contribuciones de aeronaves del Comando Central de Fuerzas Navales de EE. UU. y el despliegue de Misiles de Ataque Terrestre Tomahawk desde plataformas tanto terrestres como submarinas.