España se niega a actuar en el mar Rojo: no participará ni con la UE
A cambio, no bloqueará una misión específica europea que colabore en la zona con EE.UU.
EE.UU. dice contar con 20 países para su misión militar en el Mar Rojo
Un rebelde hutí asaltando un carguero en el mar Rojo
España ha dado un paso adelante y, tras días de silencios, bloqueos e interpretaciones, ha aclarado que no participará militarmente en el mar Rojo, ni de forma unilateral ni tampoco bajo paraguas de la Unión Europea. A cambio, no bloqueará que Bruselas ponga en ... marcha una operación específica para que los países que lo deseen puedan colaborar con la impulsada por Estados Unidos para frenar los ataques hutíes a los buques que operan en la zona.
El culebrón respecto a la posición española en el mar Rojo arrancó el pasado martes, cuando el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, convocó una reunión por videoconferencia para pedir a otros cuarenta países su participación en una nueva operación bautizada como Prosperity Guardian (Guardián de la Prosperidad). Tras esa cita, el Pentágono anunció tener el apoyo de una lista de naciones entre las que incluyó a España. Sin embargo, el Departamento dirigido por Margarita Robles se prestó a aclarar que no participaría en ella de manera «unilateral» y se remitió a las decisiones que pudieran adoptar la UE o la OTAN. «Ese extremo está sujeto a decisiones de la UE y la OTAN. España, unilateralmente, no participará en este ámbito», dijeron fuentes del ministerio.
En Bruselas desde el primer momento las miradas se pudieron en la operación Atalanta que desde hace 15 años lucha contra la piratería en el Índico, en la que España tiene una participación destacada. La idea era la extensión de su zona de operaciones para que sus medios pudieran colaborar con la misión estadounidense en el mar Rojo. Así lo dijo públicamente incluso el Alto Representante, Josep Borrell, que puso sobre la mesa en la reunión de embajadores la propuesta de «coordinar» ambas misiones.
Del entusiasmo al bloqueo
Fuentes comunitarias aseguran que España apoyó entonces la idea, incluso con entusiasmo. Pero la sorpresa llegó un día después cuando, en el siguiente trámite, el coordinador técnico que representaba a España, un militar, bloqueó la iniciativa ante sorpresa de sus aliados.
Fuentes diplomáticas remitían al Ministerio de Defensa para justificar este cambio de posición, pero desde el Departamento de Robles la respuesta fue el silencio. La explicación llegó ayer, dos días después, mediante un comunicado. En él, Defensa reivindicó que los objetivos de Atalanta «nada tienen que ver con los que se pretende alcanzar en el Mar Rojo» y por eso se opuso a los planes de Borrell. «España quiere preservar la Operación Atalanta, con los objetivos, extensión y alcance actuales», justificó Defensa recordando además el rebrote de la piratería que ha sufrido la costa de Somalia durante las últimas semanas, con dos asaltos a barcos en la zona. Por eso, reivindica que el mar Rojo requiere de una «nueva y específica» misión, con alcance, medios y objetivos propios, a la que España no se opondrá.
Esto significa que el Gobierno de Pedro Sánchez no bloqueará por tanto esa nueva operación europea, pero fuentes del ministerio aclararon poco después que las Fuerzas Armadas españolas no participarán en ella. «España no participará en la nueva misión de la UE», dijeron desde la cartera de Defensa sin dar más explicaciones.
Llamada a Biden
La aclaración del Gobierno y el levantamiento del veto en Europa llegó un día después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamara a Sánchez.
Según fuentes de la Casa Blanca y del Palacio de la Moncloa, el motivo fue felicitarle por la formación del nuevo Gobierno, aunque lo hizo más de un mes después de la investidura. Ambos ejecutivos indicaron también que la situación en Oriente Medio estuvo presente en la conversación, aunque los datos fueron diferentes.
Sánchez se limitó a decir que había defendido la solución de los estados, mientras que Washington añadió que habían compartido la necesidad de «garantizar que el conflicto no se expanda en el área y se mantenga la paz y seguridad regionales».