Aplausos al paso del camión en Tollos, y ovación cerrada a varios brigadistas en Castell de Castells.Cuando el fuego avanza, quienes luchan por sofocarlo, tienen a veces momentos de flaqueza, pero se termina imponiendo una profesionalidad que desde cerca impresiona aún más."Se han ... dejado la piel", nos cuenta una vecina de Benimassot. "No era apagar fuego, era trabajar en el centro del infierno", relata otra mujer.En jornadas agotadoras han salvado los nucleos urbanos amenazados en el incendio de Alicante. Y ahora reciben muestras de apoyo y agradecimiento mientras, en otros frentes, quienes siguen luchando hacen piña para sacar fuerzas de flaqueza
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