EE.UU. amenaza ahora con sanciones comerciales a España por el contrato con Huawei
El Capitolio impulsa una investigación federal que podría golpear a las tecnológicas españolas al incluirlas en una lista negra vinculada a Pekín
Los legisladores republicanos que promueven la iniciativa califican de «altamente inquietante» la decisión del Ejecutivo de Pedro Sánchez por sus lazos con China
EE.UU. exigió a España que sus secretos no pasen por Huawei ni ZTE
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Corresponsal en Washington
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Iniciar sesiónLa decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de adjudicar a Huawei la custodia de datos sensibles procedentes de escuchas judiciales ha escalado hasta convertirse en un problema de seguridad y comercio en Washington. Lo que comenzó como un contrato de 12,3 millones de ... euros con la excusa de que la oferta era la más barata, se ha transformado en una crisis internacional con consecuencias potencialmente graves para la relación transatlántica y ahora la economía española.
El último movimiento llega desde el Congreso de Estados Unidos. Según ha podido saber ABC, dos influyentes legisladores republicanos, Gus Bilirakis y Richard Hudson, han enviado una carta al secretario de Comercio, Howard Lutnick, solicitando una investigación formal sobre la decisión española. Ambos presiden subcomisiones clave del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes: Bilirakis la de Comercio, Manufactura y Comercio; Hudson la de Comunicaciones y Tecnología. Su intervención eleva el caso al nivel federal y abre la puerta a sanciones tecnológicas y restricciones comerciales si el Departamento de Comercio concluye que España ha vulnerado la confianza de sus aliados.
«Estoy profundamente preocupado por las informaciones de que España ha contratado a Huawei para gestionar y almacenar datos sensibles de escuchas judiciales», advirtió Bilirakis. «Esta decisión podría poner en peligro no solo la seguridad interna de España, sino también la integridad del intercambio de inteligencia entre aliados». Su colega Hudson fue más lejos: «La decisión de España de dar a Huawei acceso a datos sensibles es profundamente preocupante y un riesgo directo para nuestra seguridad compartida… Estados Unidos no puede aceptar dobles raseros que bloqueen el comercio digital estadounidense mientras se hace la vista gorda ante la intromisión china». Los dos dicen que las acciones del ejecutivo de Sánchez son «altamente inquietantes».
El señalamiento es directo: si la investigación prospera, España podría ser incluida en la lista de países que permiten a Huawei acceder a infraestructuras críticas, un estatus reservado hasta ahora a naciones fuera del marco de la OTAN o con vínculos estrechos con Pekín. La investigación del Departamento de Comercio limitaría la cooperación tecnológica, bloquearía transferencias de software estratégico y restringiría licencias esenciales para empresas españolas.
Washington lleva años vetando a Huawei de su propio mercado y ha presionado con éxito a Europa para hacer lo mismo en las redes 5G. Que un socio de la Alianza Atlántica abra la puerta a la compañía china en el sistema de escuchas judiciales supone un choque frontal con esa política, a tenor de los diputados.
El trasfondo es una acusación de doble rasero comercial. Mientras la Unión Europea ha puesto trabas a las transferencias de datos con Estados Unidos por razones de privacidad, gobiernos como el español facilitan la entrada de empresas chinas en áreas críticas de seguridad. «Es profundamente preocupante que un aliado de tratado utilice equipos y servicios de telecomunicaciones de una entidad alineada con el Partido Comunista chino», dice la carta de Bilirakis y Hudson. El documento que publica ABC añade que esta tendencia en Europa «socava la confianza y la transparencia que deben definir nuestras alianzas» y abre incertidumbre para las compañías estadounidenses que sostienen más de tres millones de empleos en el sector digital.
La presión no se limita ya al Capitolio. A comienzos de agosto, Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional, abrió una investigación formal para evaluar el riesgo que representa la adjudicación a Huawei. Según advirtió, el informe estará listo a finales de mes. En la práctica, Washington ha dado a Madrid hasta el 31 de agosto para revertir el contrato, bajo la amenaza de cortar parte del caudal de inteligencia que alimenta a los cuerpos policiales y militares españoles.
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Las consecuencias de una limitación en materia de inteligencia serían inmediatas. España recibe de Estados Unidos datos estratégicos sobre redes yihadistas, narcotráfico, ciberdelincuencia y movimientos de fuerzas en escenarios como el Sahel o el Magreb. También información clasificada de la OTAN y alertas tempranas sobre amenazas terroristas. Perder ese flujo debilitaría la capacidad de anticipación de las fuerzas de seguridad españolas y podría aislar al país de ciertos circuitos de inteligencia aliados. De hecho, en el Congreso de EE.UU. advierten que, al compartir datos con España, otros países de la UE corren el riesgo de que esa información termine almacenada en sistemas gestionados por Huawei, lo que ampliaría el problema más allá del ámbito bilateral.
En Washington, la irritación se explica también por la lo que se percibe como incoherencia de la política española. Bajo presión estadounidense y europea, España vetó a Huawei en las redes 5G, alineándose con el consenso de que eran infraestructuras críticas. Sin embargo, al mismo tiempo permitió que la compañía suministre servidores de alto rendimiento para almacenar escuchas judiciales. Esa paradoja ha alimentado las sospechas de que Sánchez ha decidido acercarse más a Pekín, en paralelo a su estrategia de atraer inversión china en energías renovables y vehículos eléctricos. La visita del presidente español a China en abril reforzó esa percepción de desvío respecto a la postura común de la OTAN.
Consecuencias severas
Las fuentes diplomáticas coinciden en que el caso Huawei se ha convertido en un punto de inflexión en la relación bilateral. En apenas un mes, la escalada ha pasado de advertencias en las comisiones de Inteligencia del Congreso a una investigación formal de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, y ahora a la implicación del Departamento de Comercio. Cada paso añade presión a La Moncloa y eleva el coste de mantener el contrato.
El Ejecutivo español, por su parte, ha defendido la adjudicación asegurando que la oferta de Huawei fue la más barata y que la ley obligaba a aceptarla. Pero en Washington esa explicación no convence. Señalan los diputados que los pliegos no incluyeron las cláusulas de seguridad que suelen impedir a proveedores de riesgo acceder a contratos sensibles, y que los precios bajos de Huawei responden a subsidios estatales del régimen chino. Para la inteligencia estadounidense, se trata de un error que expone a España a la influencia de Pekín y debilita a la Alianza.
El desenlace está marcado en el calendario: el informe de Gabbard a finales de agosto y ahora la decisión del Departamento de Comercio sobre la petición de Bilirakis y Hudson. Si ambos coinciden en que el contrato compromete la seguridad de la OTAN, las consecuencias serían inmediatas: restricciones de inteligencia, sanciones tecnológicas y un golpe a la confianza en España como aliado de confianza. «No podemos permitirnos ser complacientes», advirtió Bilirakis. Y Hudson fue tajante: «España ha socavado la confianza que debe definir nuestras alianzas».
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