Edmundo González y los españoles detenidos esperan ahora respuesta

Las fuentes diplomáticas consultadas por ABC explican que no hay la menor duda de que en ambos casos cumplirá a rajatabla con los objetivos fijados desde el Palacio de la Moncloa, bajo la supervisión del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, que mantiene una comunicación privilegiada con el régimen venezolano.

En cuanto al reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela, y para no tomar una decisión que enfadaría al Ejecutivo de Nicolás Maduro, el Gobierno de España se escuda en que la posición definitiva sobre este asunto será la que la marque la Unión Europea y afirma que cumplirá con las directrices que se impongan desde Bruselas. Y ello pese a que en 2022 al Gobierno de Sánchez no le tembló el pulso para incumplir el mandato europeo y elevó el rango de Ramón Santos, quien por entonces -respondiendo a las sanciones impuestas por la UE a Venezuela- era encargado de negocios de la legación diplomática en ese país y pasó desde ese momento a ser embajador en Caracas.

El pasado mes de septiembre fue especialmente tirante entre España y Venezuela. Tras la llegada de Edmundo González el día 8, unas declaraciones de Margarita Robles sobre el Gobierno de Nicolás Maduro —al que se refirió como una «dictadura»— desataron la furia chavista. En respuesta, Maduro difundió unas imágenes de Edmundo González con los hermanos Rodríguez en la residencia del embajador de España en Caracas.

El sátrapa venezolano no se conformó con ese movimiento y en una operación propagandística propia del castrismo —los servicios de Inteligencia venezolanos se inspiran en los de la isla— presentó la detención de dos jóvenes vascos que se encontraban en Venezuela como el resultado de una operación contra agentes del CNI que supuestamente preparaban un atentado para atentar contra su vida.

Desde entonces ambos se encuentran en prisión, sin posibilidad de comunicarse con sus familias, y además las autoridades españolas en Venezuela siguen sin tener acceso a ellos. Tal como informó ABC en su momento, la resolución del caso es complicada porque resulta muy improbable que Maduro dé marcha atrás y reconozca que ninguno de los dos pertenecen a los servicios de inteligencia españoles y mucho menos que preparaban un ataque contra él.

En todo caso, el embajador, que no tiene ningún tipo de experiencia. tendrá que buscar soluciones a un asunto que sigue enquistado y que enturbia notablemente las relaciones entre los dos países.