Yolanda Díaz y sus ministros plantan a medias a Pedro Sánchez en el Congreso en «protesta» por la corrupción

Si bien es cierto que difieren las versiones de los distintos aliados que integran el espacio que lidera Díaz —por ejemplo, los equipos de Urtasun o Rego han intentado minimizar el plante alegando motivos de agenda—, «todo estaba coordinado», tal y como aseguran voces del entorno de Mónica García. La dirigente de Más Madrid ha sido una de las dos ministras de Sumar que, junto a Pablo Bustinduy (Movimiento Sumar), ha acudido a la Cámara Baja. No les quedaba más remedio. Los responsables de las carteras de Sanidad, y Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 estaban en la obligación de someterse al control del resto de fuerzas políticas, que habían registrado preguntas dirigidas a ellos. Eso sí, han permanecido inmóviles en sus respectivos escaños. Un gesto que contrasta con los aplausos del PSOE a su líder, Sánchez. Por su parte, el ala socialista del Ejecutivo se niega a creer que su socio, Sumar, se haya borrado adrede de la sesión plenaria.

Desde el entorno más cercano de la vicepresidenta segunda muestran molestía y contrariedad por las palabras de la portavoz gubernamental, la socialista Pilar Alegría, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del martes, en el que la también ministra de Educación dijo no poder garantizar que no salgan más implicados por corrupción en el Ejecutivo. «Me preguntan a mí si van a aparecer otros nombres... No lo sé», respondió a preguntas de los medios la líder del PSOE aragonés. Unas declaraciones del todo contrarias a lo que Sánchez habría trasladado a Díaz en su reunión del Lunes en el Palacio de la Moncloa. Un encuentro del que la líder de Sumar salió con las manos vacías, pues sólo logró arrancarle a Sánchez la convocatoria «urgente» la comisión de seguimiento del pacto de coalición para la cual, por cierto, aún no hay fecha.

En cualquier caso, «nos importa menos la comparecencia [del presidente en el Congreso el próximo 9 de julio] que la reunión de seguimiento del pacto [de coalición]», llega a confesar un alto dirigente del espacio de Díaz, al tiempo que se pregunta: «¿Qué sentido tiene mantener la legislatura si no [se relanza la agenda social y se cumple el acuerdo de Gobierno]? No se puede sólo sobrevivir», sentencia.

Y es que entró la también ministra de Trabajo a ese cara a cara con el presidente exigiéndole «garantías» de que extirparía de raíz la corrupción en todos y cada uno de los rincones de Ferraz y del Ejecutivo. y fuentes cercanas a ella aseguraron a este diario que el jefe del Ejecutivo se las había proporcionado, si bien no explicitaron cuáles o de qué modo. Apenas 12 horas después, al día siguiente, se topó Díaz con las declaraciones de Alegría.

A su salida del pleno, el ministro Bustinduy ha instido en las dos condiciones «innegociables» para salir de esta «vergonzosa situación» a la que a su juicio se encuentra sometida la ciudadanía progresista y que Díaz ya planteó al presidente en dicho encuentro en el complejo presidencial sin haber recibido por el momento respuesta alguna por parte del PSOE: «limpieza absoluta dentro del Partido Socialista» y «dotar de sentido al Gobierno», cumpliendo el acuerdo de investidura de inmediato y relanzando la agenda social. «Nosotros somos gente limpia. Hemos gobernado desde el ayuntamiento más pequeño al Gobierno del Estado sin ningún caso de corrupción. No todos somos lo mismo», ha insistido el responsable de Derechos Sociales, visiblemente «enfadado» como él mismo ha reconocido estar.

«[La corrupción] nos avergüenza y nos abochorna a los que somos realmente servidores públicos«, ha apuntado por su parte la ministra García durante su intervención en el pleno de este miércoles, después de que la diputada del PP Ester Muñoz recriminara a la responsable de Sanidad que «entre corrupción y prostitución o que gobierne la derecha», Sumar «haya elegido elegido: corrupción y prostitución». «A ustedes les indigna la corrupción excepto si solo lleva su nombre [...] Están alegres porque la corrupción esta vez no le ha tocado a Génova», le ha espetado la ministra a la popular.