Este tipo de reuniones se mantienen habitualmente en la reserva, pero en este caso la delegación de ese país, en su visita a la Base de Retamares, donde está la sede del centro de inteligencia militar, pidió, y el teniente general Antonio Romero aceptó de forma sorprendente, que se les dejara hacer unas fotografías.
En ellas aparecían rostros habitualmente ocultos, como los de jefes de área del Cifas o analistas. Las imágenes no tardaron en ser publicadas en páginas web libias abiertas, lo que ha provocado la lógica conmoción y enfado en los afectados, que creen comprometida su seguridad y que no entienden cómo se dio permiso a los visitantes para tomar esas instantáneas.
«En estos encuentros, nunca se permite hacer este tipo de fotografías», destacan las fuentes consultadas. Por supuesto, el episodio ha provocado cierto regocijo en la comunidad de inteligencia, tanto militar como civil, tanto de España como de otros países con los que tenemos relaciones.
«Romero no quiere otro fallo y ha decidido que cuanto menos se mueva el Cifas menos posibilidades hay de que se produzca», explican a ABC compañeros de armas.
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