Una cultura de defensa para atraer a los jóvenes

En España muchas veces se ha debatido sobre la ausencia de una arraigada cultura de defensa, la conciencia sobre la necesidad de invertir en capacidades militares que garanticen la disuasión y seguridad del país. Este hecho lo han reflejado durante años las encuestas, que han situado a las Fuerzas Armadas entre las instituciones mejor valoradas pero han revelado una escasa implicación de la sociedad con la defensa colectiva.

Aunque esta realidad ha empezado a cambiar ligeramente durante el último periodo, sobre todo debido a las nuevas amenazas que ocupan el debate político, el Partido Popular quiere que el Gobierno asuma su función e impulse toda una serie de iniciativas destinadas al fomento de la cultura de la defensa entre la sociedad, sobre todo entre los más jóvenes.

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Rosalía Sánchez

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Esta idea la refleja una moción presentada para su debate en el Senado, que incide en la necesidad de seguir mejorando en la conciencia de la sociedad al mismo paso que el resto de países de la Unión Europea. «Aunque se han realizado grandes avances en las últimas décadas en cuanto a fomentar la cultura de seguridad y defensa en la sociedad civil española, todavía queda mucho por hacer», sostiene el senador popular Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, general retirado del Ejército de Tierra.

El PP insiste en la obligación de las instituciones en impulsar estas iniciativas y se remite a la actual Directiva de Defensa Nacional, que recoge la necesidad de que España cuente con «una defensa responsable y creíble para hacer frente a las posibles amenazas que pudieran afectar tanto a nuestra seguridad como a la de nuestros aliados, para ser un socio fiable en las organizaciones internacionales».

Un punto especialmente importante de su iniciativa es la que afecta a los menores de edad, a quienes quiere hacer llegar campañas de divulgación, sensibilización y de formación de la cultura de defensa. De hecho, el PP reivindica que esta materia llegue a los centros escolares, con especial incidencia en las enseñanzas primaria y secundaria, y se desarrolle también con la participación de colectivos juveniles. «El establecimiento de vínculos entre educación y defensa ya no se plantea únicamente a nivel nacional. La actuación de la Unión Europea concerniente a la creación de cátedras dedicadas a estos temas refleja la necesidad de avanzar para dar respuesta a los nuevos/tradicionales riesgos y amenazas y, en general, a un futuro lleno de incertidumbres», explican los populares.

Los sondeos de opinión muestran este cambio de percepción de la sociedad, aunque condicionado por la urgencia del debate. Por ejemplo, una encuesta de la organización internacional 'More in Common' publicada hace un mes señalaba que el 57% de los españoles estaría dispuesto a aceptar recortes sociales para aumentar el gasto militar.

Más reciente es el último informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que sitúa a España en el puesto número 89 de los 115 países estudiados por orden de gasto en Defensa, en un contexto generalizado de rearme en el que, según el mismo estudio, se batió en 2024 un nuevo récord desde la Guerra Fría a escala global. Todo ello sin embargo antes del anunciado plan de defensa del Gobierno, por el que España superará los 33.000 millones de inversión militar este mismo año y alcanzará el 2 por ciento del PIB comprometido con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).