Cuca Gamarra reniega del 'modelo Casado' en la moción de censura y esquivará a Abascal

Han pasado 875 días y, si el paisaje político ha cambiado en España, en el PP la metamorfosis ha sido completa. O casi, porque si algo se ha mantenido en el partido de Génova es la portavocía del Congreso de los Diputados, un puesto que sigue ocupando Cuca Gamarra, ahora también secretaria general de los populares. Gamarra había sido designada como portavoz parlamentaria en agosto de ese año, tras el divorcio entre Casado y Cayetana Álvarez de Toledo. Ahora será ella la que suba, previsiblemente, a la tribuna el próximo miércoles 22 de marzo, el segundo día de la nueva moción de censura que patrocina Vox, con Ramón Tamames como candidato a la Presidencia del Gobierno.

«Si no sube ella, ¿quién lo va a hacer? No hay otra opción», se preguntaban ayer en las filas del Grupo Popular, donde aún no se ha comunicado de manera oficial quién defenderá la posición del PP ni el contenido del discurso. Tampoco el sentido del voto. La decisión de la abstención la tomó Alberto Núñez Feijóo cuando Vox anunció la moción de censura, sin consultarla a los barones ni a los diputados. En la situación actual del partido, con clara tendencia al alza y a poco más de dos meses de las elecciones, nadie ha discutido en público esa abstención, que aleja al Partido Popular del 'no' rotundo de Casado en 2020.

Los diputados el PP están convocados a una reunión el próximo martes a las 8.30 de la mañana, media hora antes de que se abra la sesión plenaria de la moción de censura. Será ahí donde la dirección del grupo les informe oficialmente del voto y del contenido del discurso, que será esencialmente diferente al de Casado en octubre de 2020. No está previsto que Alberto Núñez Feijóo presida esa reunión. El líder popular ya confirmó que no acudirá al Congreso de los Diputados durante un debate que considera una farsa y una mascarada.

En el Comité Ejecutivo Nacional que el PP celebró el lunes pasado en Génova, Feijóo pidió a los principales dirigentes del partido que dejaran la moción de censura en un segundo plano y se ocuparan de los asuntos «importantes» de la agenda pública. En el Congreso se ha podido hacer la prueba estas últimas semanas: preguntar sobre la iniciativa de Vox era la mejor manera de ahuyentar a los populares.

El primer partido de la oposición quiere quitar relevancia a la moción de censura, «que pase cuanto antes», comentó ayer un diputado del Grupo Popular, pero ni siquiera se ha planteado dejar de participar en el debate. «Somos un partido de Estado, institucional», argumentan. La portavoz se desmarcará por completo del 'modelo Casado', aquel que buscó el cuerpo a cuerpo con Abascal y no solo lo encontró, sino que acabó en pelea campal en pleno hemiciclo. Fuentes próximas a Gamarra explican que «ni es el mismo contexto político ni el mismo momento de la legislatura».

En el equipo de la secretaria general del PP aseguran que tendrá tiempo de preparar el discurso cuando escuche al presidente de Vox, al candidato Tamames y a Pedro Sánchez en la primera jornada. El turno de los populares no llegará hasta el segundo día. Lo que no cambiará en ningún caso es la abstención, ya decidida en las más altas instancias del partido.

El PP no quiere reabrir ninguna guerra con Abascal, evitará las posibles provocaciones que reciba para no originar un debate de la derecha dentro del debate de la moción de censura. Tampoco tiene especial interés en interpelar a Ramón Tamames, al que respeta al máximo, pero sobre el que no toma en serio su candidatura a la Presidencia del Gobierno. Y se centrará en Sánchez y en eso que llaman 'problemas reales' de los ciudadanos, que identifica con el precio de la cesta de la compra, los efectos negativos de leyes como la del 'solo sí es sí' y la 'trans', las consecuencias de la división y los enfrentamientos continuos dentro del Consejo de Ministros y los problemas de tener un Gobierno «en descomposición».

En el PP mantienen que la moción de censura beneficiará sobre todo a Pedro Sánchez. Lo resumió de manera gráfica el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, esta misma semana: «Al final, todo el mundo podrá ver a Pedro Sánchez ganador en la votación, aplaudido por una mayoría del Congreso de los Diputados». Una mayoría que, según sostienen en el principal partido de la oposición, no es real ahora mismo porque ya no se corresponde con el sentir de la calle. Por eso los populares insisten en que la moción de censura será un balón de oxígeno para Sánchez en uno de sus momentos más débiles de la legislatura.

Dentro del Grupo Parlamentario Popular se está actuando como un ejército sin disidencias, en un cierre de filas total con la estrategia marcada desde Génova. «Que se abrasen ellos con esta moción de censura, que se haga ya y pasemos a otra cosa. Que no nos hagan perder más el tiempo», comentan fuentes populares.

La situación entre la moción de 2020 y la de ahora es «muy diferente», explican diputados del PP. «Entonces competíamos por un espacio político, querían sustituirnos, y ya saben que no podrán hacerlo. Venían a por nosotros y Pablo salió como un miura. Ahora no es necesario nada de eso y no se va a hacer».