ACOTACIONES DE UN OYENTE
Corrupción, presupuestos y huevos
Tampoco acudió Feijóo, que decidió que era más importante hacer una visita a un colegio justamente a la hora de la sesión de control al Gobierno. Ni Abascal, que estaría a sus cosas. Así que la sesión discurrió con lo que había, que fundamentalmente eran Montero y Bolaños
Montero ve «incomprensible» la pinza de Sumar con el PP en el Congreso
Lee aquí todas las acotaciones de un oyente, por José F. Peláez
-RJmhVjoENQJtEDey92PQh4M-1200x840@diario_abc.jpeg)
Sesión sosa, descafeinada y gris como la mañana en Madrid. Si estuviéramos en el Tour de Francia diríamos que fue una jornada de transición, una de esas etapas largas y aburridas en las que no llega a pasar nada más que un helicóptero hipnótico, ... mil pies por encima de nuestro tedio. Supongo que algo tuvo que ver que no estuviera presente el presidente del Gobierno ni quince de sus ministros, que se fueron a una cumbre hispano-lusa a Faro, como María la Portuguesa. Tampoco acudió Feijóo, que decidió que era más importante hacer una visita a un colegio justamente a la hora de la sesión de control al Gobierno. Ni Abascal, que estaría a sus cosas. Así que la sesión discurrió con lo que había, que fundamentalmente eran Montero y Bolaños.
Y contra ellos dirigió el PP su artillería, apuntando a la diana de la corrupción en todas y cada una de las preguntas. En todos los casos respondidas del mismo modo: obviando la cuestión, no dando ni una sola explicación y argumentando que, para corrupción de verdad de la buena, la del Partido Popular. Este argumento, junto con las críticas a Ayuso –«la jefa que les va a comer la tostada», según Bolaños- iba creciendo poco a poco, ya saben, unos ministros escuchan a los otros, van cogiendo confianza, se retroalimentan, se aplauden, se dicen con los labios «muy bien, muy bien» y al final acaban creyéndose lo que dicen y no les da ni vergüenza. Y se vienen tan arriba y se les va tanto de las manos que llegamos a ver a María Jesús Montero echando en cara al PP los ERES de Andalucía, en una intervención antológica que interpreté como homenaje a Tip.
Tellado contestó que aquí la única «jefa que se ha comido una tostada» es Begoña Gómez y el debate se partió en dos realidades paralelas y simultáneas: el PP insistiendo por el pitón de la corrupción - tal y como lo hacen y sin Sánchez en la sala no funciona- mientras el resto de grupos se centraban en otros aspectos. Fundamentalmente en los presupuestos, aunque no exclusivamente. En este sentido, vimos al PNV preguntando a Montero por el sector del huevo. Tal y como están las cosas, el PNV estima que no hay ninguna consideración que hacer al gobierno más allá de la situación del sector del huevo. Son, sin duda, unos intrépidos bucaneros estos jeltzales.
En cualquier caso, amenazas directas de Junts y de Podemos, como diciendo que esto de 'okupar' RTVE está bien, pero que no será suficiente. Junts recordó al Gobierno que el PSOE no tiene mayoría en el Congreso, que sin sus votos no hay presupuestos y que si los quieren van a tener que tragar. Y Belarra advirtiendo que «si quieren presupuestos y quieren contar con nuestro apoyo van a tener que romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel e intervenir el mercado de la vivienda bajando por ley los precios del alquiler un 40% y prohibiendo la compra de viviendas a los no-residentes», que es exactamente lo contrario que Aitor Esteban exigió a Sánchez la semana anterior: dar seguridad jurídica a los propietarios para estimular la oferta.
Y Rufián, como colofón, explicando a la ministra de Vivienda -no sabemos por cuánto tiempo- que «no necesitamos frases motivacionales que podríamos leer en una taza de desayuno» sino «intervenir el mercado y expropiar viviendas vacías». Así que o alguien miente o no habrá presupuestos, diga lo que diga Bendodo. Porque las exigencias de los socios son, en esta ocasión, innegociables e incompatibles. Y es sabido que el PNV puede jugar con todo excepto con las cosas del comer de sus votantes, es decir: los huevos y el pisito en Castro Urdiales.
Terminó la sesión Óscar López - «el que manda», según Bendodo- con un tono muy agresivo que, más que el de un ministro que viene a crear 'TeleSánchez' o a regalar nuevos canales a los amigotes parecía el de alguien que está haciendo méritos para ser portavoz del gobierno tras la purga de noviembre y sustituir, así, a una sobrepasada Alegría, que estaría opositando a secretaria de organización. Así que agárrense, que tras la calma viene la tempestad. Y tras las etapas de transición asoman los grandes puertos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete