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TRIBUNA ABIERTA

Corbatas o industria

Si realmente nos interesa la eficiencia energética deberíamos escuchar a la industria, cuyo presente y futuro depende del uso eficiente de los recursos

AlBERTO ECHEVARRÍA, CARLOS REINOSO, JUAN ANTONIO LABAT Y MAURICIO GARCÍA DE QUEVEDO

Durante las últimas semanas venimos asistiendo a un debate poco edificante sobre la contribución de la corbata a la eficiencia energética, mientras despilfarramos el gas equivalente a dos meses y medio del consumo de los hogares y pymes de España.

Si realmente nos interesa la eficiencia energética deberíamos escuchar a la industria, cuyo presente y futuro depende del uso eficiente de los recursos. Muchas industrias han invertido desde hace décadas en pequeñas plantas de cogeneración, en las que de manera conjunta producen el calor y la electricidad que necesitan. Plantas que aportan competitividad a las industrias intensivas en calor, en las que se aprovecha más el gas y que ahorran hasta un 30% de energía para producir lo mismo. Pero en las últimas semanas el desorbitado incremento del precio del gas, junto a un error en el diseño del mecanismo del tope de gas dejando fuera de la compensación a las cogeneraciones, ha convertido en ruinosa la operación de estas plantas, provocando una parada masiva y sin precedentes de las cogeneraciones en España (no en Portugal).

Hoy, más del 60% de estas eficientes unidades de generación de calor y electricidad están paradas. Y muchas de las que siguen funcionando, lo hacen porque en caso contrario pararía toda la fábrica a la que proveen de energía. Para colmo, muchas de esas industrias tienen contratos de gas con cláusulas de 'take or pay', que en 'román paladino' significa que, consumas o no el gas, lo pagas.

En consecuencia las fábricas, en vez de generar de manera eficiente el calor y electricidad que necesitan, están comprando en el mercado electricidad generada en la mayoría de los casos en centrales de gas de ciclo combinado menos eficientes. El resultado es más gas para fabricar lo mismo: estamos derrochando un 30% de gas y poniendo en riesgo el futuro de muchas industrias, incapaces de hacer frente a su desorbitada factura energética y al pago de un gas que no consumen.

Hace unos días conocimos la norma que marcará el futuro próximo de las cogeneraciones. La propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para retribuir a las plantas con régimen especial en lo que resta de año trae muy malas noticias. De ser aprobada así, la inmensa mayoría de las instalaciones de cogeneración seguirán paradas. Y la sangría industrial puede ser irreversible. Mientras nuestra industria sufre, el país vacía sus tanques de gas un 30% más rápido que si las plantas de cogeneración estuvieran funcionando. Ojalá que no llegue el temido escenario de racionamiento y no lamentemos todos estos meses en los que España derrochó gas por tener paradas las cogeneraciones de la industria.

Hoy por hoy, la solución más eficaz para ahorrar gas en España pasa por reanimar las cogeneraciones. Hagamos que suceda.

SOBRE EL AUTOR
Iberto Echevarría, Carlos Reinoso, Juan Antonio Labat y Mauricio garcía de Quevedo

Son secretario general de Ascer, director general de Aspapel, director general de Feique y director general de FIAB, respectivamente.

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