«Un conductor que cuadriplicaba la tasa de alcohol se llevó por delante a mi niña»
Las familias de diez víctimas de violencia vial acuden hoy al Congreso con más de 650.000 firmas para que se endurezca el Código Penal contra conductores borrachos o drogados
La pequeña Leire, con sus padres poco antes de su muerte
«El 9 de diciembre de 2016 un desalmado arrebató la vida de mi querido hijo Iván, que tenía 15 años. Le mató porque conducía habiendo consumido cocaína, alcohol y psicotrópicos, y a una velocidad que triplicaba la máxima permitida. Iván estaba esperando en la ... parada de autobús y le arrolló». María José Jiménez es una madre enterrada en vida por un conductor borracho y drogado. La pena máxima para él es de cuatro años de prisión. Cuenta que el autor iba a 130 kilómetros hora por el paseo de la Castellana.
David López explicaba así a ABC su herida en carne viva. «Cuando me llamaron para decirme que había quedado en libertad estábamos en la puerta del crematorio viendo salir el humo de incinerar a mi pequeña». David admite que no se le pasó «nada bueno» por la cabeza . «Mientras ese hijo de puta se iba a su casa, mi niña ya no existía». A Leire, de cinco años, se la llevó por delante un legionario que cuadriplicaba la tasa de alcohol en la barriada del Parador de Aguadulce (Almería) en julio del año pasado. La pequeña cruzaba un paso de peatones con su madre. Él ni la vio.
María José, David y otras ocho familias con las vidas reventadas por el mismo motivo acuden hoy al Congreso de los Diputados para entregar más de 650.000 firmas. Piden un endurecimiento del Código Penal con el fin de que se eleve la pena para aquellos supuestos de víctimas mortales y heridos graves como consecuencia de accidentes en los que los conductores superen con creces la tasa de alcohol en sangre o conduzcan bajo los efectos de estupefacientes o de forma manifestamente temeraria. Estos delitos son hoy homicidios imprudentes (de uno a cuatro años de prisión). Ellos suplican que se califiquen como dolosos, un dolo eventual.
Cada historia es igual de dramática que la anterior. «Mi sobrina Paula ha fallecido este sábado con tan solo 15 años. Una mujer decidió subirse a su coche quintuplicando la tasa de alcoholemia y se la llevó por delante, provocando su muerte». Paula salió con sus amigas la noche de San Juan. La conductora invadió el carril bici peatonal por el que caminaban y atropelló a la chica. Luego se dio a la fuga.
Las firmas reúnen peticiones impulsadas por cada uno a través de Change.org, todas con el mismo propósito. Lamentan que la situación siga igual pese a que hace cuatro años mantuvieron reuniones con diferentes partidos políticos, hicieron otra entrega de firmas, y les aseguraron que se darían pasos hacia el endurecimiento del Código Penal.
«Mañana volvemos al Congreso. Y esta vez por desgracia somos muchos más. Porque desde que nos prometieron cambios el tiempo ha seguido pasando»
María José Jiménez
Madre de un chico atropellado
«Mañana volvemos al Congreso. Y esta vez por desgracia somos muchos más. Porque desde que nos prometieron cambios el tiempo ha seguido pasando, más personas han seguido muriendo y más culpables han seguido quedando impunes. Por eso se han seguido creando recogidas de firmas solicitando lo mismo que pedíamos nosotros. Mañana volvemos juntos al Congreso para pedir justicia y recordar que cuanto más tiempo pase, más personas como mi hijo morirán», explicó María José Jiménez.
«Imagina que un día cualquiera, sea lunes o domingo, se te para el reloj. Eso es lo que nos pasó a los familiares de Paula, Iván, Ana, Daniel y Vanesa cuando recibimos aquella llamada. Nos comunicaban que nuestro hijo, hermana, pareja...había fallecido en un accidente de tráfico (...) Piensas que ha sido un accidente. Pero no, en nuestro caso no fue así: los conductores iban ebrios, drogados o ambas cosas a la vez. No son accidentes. Son muertes evitables». Es el testimonio de Laura Herrera.
Daniel iba en bicicleta cuando lo atropellaron. El conductor dio positivo en drogas y cuadriplicaba la tasa de alcohol. Se dio a la fuga. La pena, tres años y cuatro meses de prisión. La hija de Vanesa tenía un año y medio cuando a ella la mató otro individuo encocado. Se dirigía a su trabajo. El caso se archivó en la vía penal.
El Código Penal se modificó para las imprudencias al volante (cuando el resultado es de dos o más muertes), pero se olvidaron de casos como los que mañana confrontarán sus firmas y su dolor con los diputados. Su cadena perpetua de dolor es la que los impulsa.
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David y Rocío, los padres de Leire, no han logrado su propósito de que la muerte de su pequeña se juzgue por la Audiencia como un homicidio doloso. Se juzgará como homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad vial por el que la Fiscalía pide cuatro años de prisión. Ellos han recogido 150.000 firmas.