Concentración frente al Congreso al grito de «Sánchez traidor» por ceder la memoria a Bildu

El PP, Vox y Cs secundan la protesta, convocada también en recuerdo de Miguel Ángel Blanco

Imagen de la concentración, durante el discurso de María San Gil Ep // vídeo: ep

Como antesala del homenaje en la vizcaína Ermua a Miguel Ángel Blanco por el 25º aniversario de su asesinato a manos de ETA, o quizá como contrapunto, este viernes entre doscientas y trescientas personas se han concentrado frente al Congreso de ... los Diputados para protestar contra la Ley de Memoria Democrática, que el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos ha pactado con EH Bildu.

El acto, respaldado por Partido Popular (PP), Vox y Ciudadanos (Cs), ha comenzado pasadas las doce del mediodía, media hora más tarde de lo previsto, y algo alejado del punto inicial. Neos, plataforma que se reivindica como una alternativa cultural para la regeneración moral y política de España, y distintas asociaciones de víctimas del terrorismo habían llamado a concentrarse frente al Congreso, pero los policías que ahí trabajan les han advertido de que carecían del permiso necesario para hacerlo.

Por ello, la organización ha trasladado el evento frente al aledaño hotel Palace, donde María San Gil y José Antonio Ortega Lara han protagonizado breves discursos acogidos con el mismo calor entre la gente que el que golpeaba el pavimento en Madrid. «Basta ya» y «Sánchez traidor» han sido los gritos más repetidos, aunque también ha habido varios asistentes que han arremetido contra los periodistas allí presentes por la supuesta «manipulación» de la prensa y por «ocultar» los acuerdos entre el Gobierno y Bildu.

«¡Prensa pagada por comunistas!», se ha escuchado. Incluso San Gil ha tenido que pedir calma a una mujer que insultaba a las televisiones mientras la exdiputada vasca les concedía declaraciones. ¡«Yo no me callo, María San Gil!», le ha respondido la manifestante, pero la cosa no ha ido a más. Anécdota aparte, el acto ha cobrado especial emotividad cuando se ha pedido un minuto de silencio en honor a Miguel Ángel Blanco y a las 853 víctimas mortales de ETA. Como en la histórica manifestación tras el asesinato de Blanco hace veinticinco años, los asistentes han levantado sus manos al cielo, alguno portaba guantes blancos, en señal de respeto a la víctima y de condena al verdugo.

Manos alzadas al cielo, en recuerdo de Miguel Ángel Blanco Ep

Por el PP han acudido parlamentarios como José Antonio Bermúdez de Castro, Cayetana Álvarez de Toledo y Jaime Mateu. Un perfil bajo en comparación con la amplia representación de Vox, encabezada por Santiago Abascal y completada por Iván Espinosa de los Monteros, Ana Vidal Abarca, Juanjo Aircorbe, Pablo Sáez, Curro Contreras y Rodrigo Jiménez. De Cs tan solo ha asistido el diputado Miguel Gutiérrez.

El retraso inicial ha servido para constatar el tirón de los líderes de Vox entre los asistentes al acto. Muchos de ellos han regresado a sus casas con fotos con Abascal y Espinosa de los Monteros. Solo ha rivalizado con ellos el propio Ortega Lara, fundador del partido en 2014 y funcionario de prisiones secuestrado por la extinta ETA entre 1996 y 1997.

«Hoy, nuestros representantes políticos en los Gobiernos de España y del País Vasco apuran su tiempo de poder sin dignidad y sin respeto por la verdad. Son cómplices de esta estrategia de los asesinos, que gobiernan España de manera cada vez menos disimulada y se preparan para el asalto al Gobierno del País Vasco a la luz del día», ha clamado, muy aplaudido por los asistentes.

San Gil, en su intervención, ha tachado de «falso homenaje» el acto convocado el domingo en Ermua por la presencia «de quienes acaban de acordar la nueva Ley de Memoria Democrática con ETA». «Inaceptable e intolerable», ha zanjado, en alusión al pacto cerrado entre el Gobierno y Bildu para lograr el apoyo a la norma de esta coalición, que integra a los herederos de la ilegalizada Batasuna, brazo político de ETA.

«Las manos blancas, que se convirtieron en un símbolo de paz y resistencia ante el chantaje del terror, han sido reemplazadas hoy por unas manos rojas, ensangrentadas, que han logrado hacerse con el poder»

José Antonio Ortega Lara

Entre otras cesiones, Bildu ha logrado que se cree una comisión de estudio para reconocer y resarcir a víctimas de violaciones de derechos humanos hasta el 31 de diciembre de 1983. Un periodo que excede el ámbito temporal marcado en el resto de la ley, hasta la promulgación de la Constitución en 1978, y que deja en manos de unos expertos que aún se desconocen la consideración de víctima. En el 83, «franquismo extendido» para Bildu, ya gobernaba el socialista Felipe González y acaban de empezar a actuar los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), que ese año asesinaron a los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala.

«El sacrificio de Miguel Ángel Blanco y su profundo significado de rebelión cívica, de basta ya, no se puede convertir en un relato para blanquear una estrategia perversa», ha dicho San Gil, solo interrumpida por gritos de «¡viva España!». Las enseñas nacionales predominaban entre los asistentes, aunque también había de Solidaridad, el sindicato afín a Vox. Ortega Lara, en la misma línea, ha acusado al Gobierno de atreverse a usar el aniversario del asesinato de Blanco para «destruir su auténtico significado».

«Las manos blancas, que se convirtieron en un símbolo de paz y resistencia ante el chantaje del terror, han sido reemplazadas hoy por unas manos rojas, ensangrentadas, que han logrado hacerse con el poder, de momento», ha aseverado, y ha añadido: «Por todo ello, volvemos a expresar un nuevo 'basta ya' a tanta falsedad, volvemos a levantar nuestras manos blancas para recuperar la memoria, la dignidad y la justicia, desde la verdad, y no desde el relato al servicio de los terroristas».

«¡Basta ya!, ¡basta ya!, ¡basta ya!»

En ese momento, los cientos de simpatizantes han coreado repetidos «basta ya» en rechazo a los acuerdos sellados con Bildu, y con el respaldo de asociaciones y víctimas del terrorismo que se han sumado a la convocatoria. Estaba, entre otros, Daniel Portero, de Dignidad y Justicia. Y también había políticos como el socialista Paco Vázquez, exalcalde de La Coruña que ya se opuso en su día a la Ley de Memoria Histórica de José Luis Rodríguez Zapatero, o el exministro del Interior Jaime Mayor Oreja (PP), a quien ETA intentó asesinar.

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