Pero si los primeros 100 días dejan calma, el 101 ha sido sonoro. Pleno de Les Corts, votación a instancia del PP para instar al gobierno de España a licitar las obras de la ampliación del puerto de Valencia.
Compromís vota en contra, nos hubiera decepcionado a todos otra posición, el PSPV se abstiene... La imagen a mano alzada de la bancada socialista, otra vez sin Ximo Puig, y van unas cuantas, da que pensar y la posición sobre el puerto del PSPV para preocupar, más allá de maquillajes posteriores a la votación.
Pero volviendo a los 100 días, si todo lo que tienen los socialistas valencianos para fiscalizar la labor del actual Consell es el ataque personal contra el jefe del Ejecutivo, Mazón puede dormir tranquilo, mientras que el PSPV tiene algo más que un problema.
Todo viene, según denunció ante la Cámara la portavoz socialista Rebeca Torró, por un guiño de ojo del presidente en el último pleno de las Cortes. No dudo que el gesto, si así se produjo, era evitable, pero me sorprende piel tan fina si lo comparamos con el día que en el mismo Parlamento Ximo Puig llamó «hembrista» a Isabel Bonig, entonces líder de la oposición.
El entonces presidente de Les Corts, Enric Morera negaba la posibilidad de réplica al entender que 'hembrista' era un término político, a lo que Puig afirmó: «Déjala que se desfogue». ¿Se imaginan esa situación este jueves cambiando a Bonig por Torró, a Puig por Mazón y a Morera por Llanos Massó? Yo no, ni quiero imaginarlo.
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