159 años, un tren, los toros y el sentido común

Mientras tanto este jueves conocíamos la sentencia que la justicia valenciana guardaba para Jorge Ignacio Palma condenado por tres asesinatos e intento de otros seis a 159 años y 11 meses de cárcel. Más allá de la espectacularidad de las cifras, lo que de verdad llama la atención es saber qué hay que hacer en este país para que te condenen a prisión permanente revisable. Por lo visto con este indeseable tres muertes, intento de otras seis, traficar con drogas y confesar el descuartizamiento de una mujer ocultando su cadáver no son 'méritos' suficientes para una prisión permanente. Si los recursos de las familias no varían la sentencia, Palma podrá acceder a beneficios penitenciarios dentro de 30 años, que quizá a alguno le parezca lejano pero que a mí, para un ser de semejante repugnancia me parecen muy pocos.

Y antes de irme lo de 'els bous al carrer'. Me importan poco las tradiciones si ello conlleva que la gente muera. Siete fallecidos y menores heridos apuntan a las autoridades más que a la tradición. Como con el tren de Bejís nadie se hace responsable y todos defienden su terreno. No sé cuántos más deben fallecer para que las cosas se hagan en serio, como de la misma manera no se cual era el número de víctimas del tren para que a esta hora hubiese alguna respuesta.