El verano aviva la lucha contra la «guerra de sombrillas» en las playas con multas de 750 euros

La ordenanza del municipio costero considera que «dejar instalados parasoles totalmente diáfanos en sus laterales, así como sillas, mesas u otros complementos, siempre que no se encuentren presentes sus propietarios, con la finalidad de tener reservado un lugar en la playa», es una infracción leve que se sanciona con multas de 300 a 750 euros.

En caso de reincidir en tres ocasiones durante los últimos cinco años, la infracción pasa a calificarse como grave y la multa podría alcanzar los 1.500 euros.

Desde el próximo jueves -en plena temporada de verano- los operarios de las playas recogerán todos los días, entre las ocho y media y las nueve de la mañana, las pertenencias que estén ocupando un sitio sin ser utilizadas. Sus dueños deberán recogerlas en la central de la Policía Local de Cullera, exponiéndose a una sanción.

No es la única localidad turística que ha implantado esta medida, que se extiende a Oropesa del Mar (Castellón) o Torrevieja (Alicante) y que busca que no se privatice un espacio público de todos. También evitar los conflictos de bañistas a la carrera, sombrilla en mano con los primeros rayos de sol, para conseguir un lugar privilegiado mientras la familia sigue durmiendo.