Vecinos de Paiporta gestionan por su cuenta irse a hoteles una semana después

Óscar vive al sur del barranco que atraviesa el municipio y que se desbordó arrastrando consigo todo lo que encontraba a su paso. Delante de la puerta de su casa todavía se acumulan escombros que han ido apilando los vecinos y hoy es el primer día que ve a una máquina que empieza a retirarlos. «El agua empezó a venir hacia esta parte, la otra está más limpia, es donde estuvieron Pedro Sánchez y el Rey», comenta.

Tienen agua y víveres, «más que nunca en casa», pues intentan acumular dado que no saben lo que está por venir. En el pueblo los bomberos continuaban con tareas de rescate hasta ayer mismo, teniendo que abrir paredes enteras de viviendas para que los locales pudieran salir.

Ante la insostenibilidad de esta situación, varias personas del municipio empiezan a plantearse dejar atrás sus casas. Como la mayoría de medidas que se han estado tomando desde la catástrofe, de forma autogestionada. También cunde el pánico por la posibilidad de perder sus trabajos, pues muchos se ven requeridos en sus puestos sin saber bien cómo pueden acudir.

Siguen en parte incomunicados, sin luz ni cobertura en algunas de las fincas donde todavía permanecen personas. Si cuentan con Internet en distintos puntos, pero tareas aparentemente sencillas como llamar al seguro o ver métodos de desplazamiento se plantean muy complicadas.