Un vecino de Villarreal halla nueve millones de pesetas en una casa abandonada pero no puede cambiarlos por euros
El 'botín' se encontraba oculto en seis botes de Nesquik en una vivienda de una aldea gallega que había adquirido para pasar las vacaciones
VALENCIA
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Iniciar sesiónLa fortuna, como el amor, llega cuando menos te lo esperas. Así reza el dicho que Antonio -Toño- Piñeiro, un gallego nacido en la pequeña localidad lucense de Sober y que reside en Villarreal (Castellón), ha experimentado en sus propias carnes al descubrir nueve millones ... de las antiguas pesetas en una vivienda abandonada que había comprado en su pueblo.
Al cambio, unos 54.000 euros. Un preciado botín que halló en seis tarros de cacao soluble de la marca Nesquik escondidos en diferentes espacios de la casa, la cual se encontraba deshabitada y descuidada desde hacía cuatro décadas. Los últimos botes, los encontró este verano, pero desde el año pasado el Banco de España ya no canjea los billetes y las monedas de las añoradas 'pelas'. «Les llamé, porque es mucho dinero, pero me dijeron que ya no se podía», asegura.
Sin embargo, sí que pudo cambiar el dinero descubierto en los primeros recipientes, el cual sirvió para restaurar el techo de la vivienda ubicada en la aldea de A Pousada. Según relata al diario El Progreso, los últimos billetes son de 5.000 pesetas y datados del año 1979, de los que duda si «tendrán mucha salida para los coleccionistas porque no son muy viejos».
«Me da mucha rabia, pero no me voy a poner a llorar», asevera este gallego y valenciano de adopción, que cifra el último hallazgo en unos cuatro millones de pesetas, unos 24.000 euros que se quedarán en el limbo del cambio de divisas. «Supongo que los mantuvieron en botes para evitar la humedad. Es cierto que los últimos estaban algo estropeados, pero los anteriores estaban en un estado increíble», apunta.
Los vecinos de la localidad gallega de Sober relatan que la vivienda en la que se hallaron los botes con dinero era propiedad de Manuel do Xentes, un tratante de granado que también trabajaba en un fábrica de cerámica y ladrillos en Canabal. Un hombre que murió sin herederos que pudieran encontrar dichos tesoros ocultos por la casa.
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