En apenas 14 meses, la terrible enfermedad se cobró su vida en 2007 y ahora su hija mayor, Julie, se ha volcado en campañas de divulgación y concienciación para ayudar a la investigación de este mal letal en muchos casos, sobre todo, en busca de respaldo para la Brain Tumour Research entre las administraciones y las grandes organización benéficas.
El médico le aconsejó aspirinas
También se ha embarcado en esta cruzada particular al recordar la pasividad que pudo condenar a su madre, ya que su médico de familia en el Reino Unido restó importancia a aquellos primeros indicios y la despachó recomendándole tomar aspirinas, tal como ha relatado al medio de comunicación LancsLive.
Confiada tras pasar consulta, se vino de vacaciones a Benidorm y al persistir sus problemas, acudió de nuevo en busca de ayuda médica y, en este caso, en Villajoyosa otro profesional sí que optó por enviarla al hospital con urgencia para hacerle una resonancia. Así descubrió la gravedad de su dolencia, un glioblastoma.
Aquel tumor cerebral de crecimiento rápido no pudieron pararlo ni una intervención quirúrgica ni los tratamientos con quimioterapia y la familia asistió impotente a su deterioro hasta la muerte.
A diferencia de otros tipos de cáncer, como el de mama o el de colón, en este caso hay mucho desconocimiento y Julie se afana en concienciar y en que se destinen más medios a luchar con esta amenaza mortal para muchas personas. Una de las iniciativas con mayor visibilidad en las que participa se denomina el Día de Llevar Sombrero, un gesto simbólico para llamar la atención acerca de esta lacra para la salud.
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