Estas son las tres Semanas Santas de Interés Turístico Internacional de la Comunidad Valenciana: origen y curiosidades

Lo más característico es que las tres festividades están ubicadas en la provincia de Alicante, a escasos kilómetros unas de otras, lo que convierte a este rincón del Mediterráneo en un auténtico epicentro de tradición, cultura y fervor religioso, al que le acompaña su ruta gastronómica con los platos típicos de esta fecha.

Las festividades que reciben esta distinción son las Semanas Santas de Orihuela y Crevillent, así como la procesión de Domingo de Ramos de Elche. Los tres municipios atraen cada año a miles de visitantes que buscan vivir de cerca la intensidad de las procesiones, la belleza de los pasos y la entrega de cofradías centenarias.

Aunque la localidad no cuenta con un registro exacto de los orígenes de esta festividad, las primeras cofradías se constituyeron tras expulsar a los moriscos en el primer cuarto del siglo XVII. Estas cofradías aún se mantiene a día de hoy, La Virgen de la Aurora y la Mayordomía del Santísimo Sacramento.

No obstante, el momento decisivo para constituir la Semana Santa actual fue la creación de la Federación de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Crevillent en 1980, con la que se terminarían de constituir las últimas cofradías, itinerarios y procesiones que perduran hasta día de hoy.

La festividad consiguió la distinción internacional en 2011, gracias a actos destacados como el Martes Santo, cuando se celebra la Procesión del Santísimo Cristo de Difuntos y Ánimas, en la que miles de personas la acompañan con antorchas y cánticos tradicionales.

También el Miércoles Santo es uno de los días grandes con el encuentro de las hermandades para preparar las procesiones del Jueves y Viernes Santo. Ya el Sábado Santo se celebra la Procesión del Santo Entierro de Cristo, solemne y silenciosa. Por último, la festividad concluye con la interpretación de Aleluya de Haendel en el Domingo de Ramos.

Los orígenes de la Semana Santa de Orihuela, están ligados a la Capilla del Loreto, fundada en 1536, donde tenían su sede cuatro cofradías. Sus obligaciones eran proveer la cera que se consumía en la Catedral y enterrar a los que morían desamparados y sentenciados por la justicia. Para realizar dichas tareas, tenían una fábrica de cera y pedían limosna en una procesión, conocida como la Procesión de la Sangre de Cristo, que se organizaba el Viernes Santo por la tarde.

Tras varios siglos de evolución de la festividad, con sus respectivos paréntesis, fue justo después de la Guerra Civil cuando las procesiones empiezan a brillar de nuevo, hasta incrementar el número de cofradías y pasos que conforman la Semana Santa actual.

La festividad arranca el Domingo de Ramos, hasta el Domingo de Resurrección, en el que se celebra el pasacalle y la procesión de la Hermandad de la Resurrección, donde tienen lugar actos únicos, como el Canto de la Pasión. Asimismo, esconde tradiciones tan características como la del Jueves Santo en la procesión del Santísimo Cristo del Silencio, en la que la ciudad permanece a oscuras y solo la luz de los faroles que portan los cofrades ilumina el recorrido.

También es un gran atractivo turístico el Sábado Santo, día del Santo Entierro de Cristo, en el que un cargo honorífico llamado Caballero Cubierto, ostenta el privilegio de desfilar en una tradición que se remonta en el siglo XVII, portando un pendón negro con el lema de la ciudad.

Su origen se remonta a su primer dato documental registrado en 1371, recogido un acta del Consejo Municipal. Asimismo, en las actas hay constancia de que en marzo de 1429 se da cuenta que en Valencia habían encarcelados los vecinos de Elche que allá fueron a vender palma blanca.

Su declaración como fiesta de Interés Turístico Internacional se remonta a 1997, gracias a esta procesión en la que participan todas las cofradías portando sus ramos, así como todo el pueblo de Elche. Se calcula que unas 35.000 personas salen a la calle para recibir a Jesús Triunfante con sus palmas.

Cada año porta el paso de la 'Borriquita' una cofradía distinta, con su inicio en el Paseo de la Estación con la bendición de las palmas. El recorrido se hace bordeando el Parque Municipal, creando un contraste de color con las palma blancas en movimiento sobre un fondo de palmeras verdes.