«Abandonaron a mi hija a su suerte»: denuncian omisión del socorro tras el suicidio de una menor en Requena
Los padres de Isabel Martínez presentan una nueva querella contra tres individuos que instaron a la adolescente a lanzarse por el balcón y después huyeron sin auxiliarla cuando agonizaba
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La lucha de un padre contra la Generalitat Valenciana por el suicidio de su hija
VALENCIA
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Iniciar sesiónRafael y Dolores siguen adelante con su «viacrucis» para tratar de esclarecer la muerte de su hija Isabel. La menor de 16 años se precipitó por el balcón de su casa en Requena (Valencia) el pasado mes de mayo y, desde entonces, sus ... padres abrieron la vía judicial denunciando por negligencia médica a las dos terapeutas que hicieron caso omiso a las diferentes señales que conducían a su suicidio. Ahora, tras revisar atestados, declaraciones de testigos y la investigación llevada a cabo por la Guardia Civil, el caso podría dar un giro de 180 grados por nuevas revelaciones.
La familia de Isabel ha presentado una querella -a la que ABC ha tenido acceso en exclusiva- ante el Juzgado Decano de Requena por delito de omisión del deber de socorro y otro de quebrantamiento de los deberes de custodia y de inducción de menores al abandono de domicilio contra tres hombres mayores de edad, quienes habrían inducido a la menor a lanzarse por el balcón y posteriormente habrían huido del lugar sin auxiliarla.
La adolescente padecía de anorexia, cuya enfermedad le llevó a sufrir problemas de adaptación psicosocial. Según relatan los padres en su querella, tras acceder a las conversaciones de su hija de la noche que se precipitó por la ventana, tres hombres quedaron con ella por Instagram «induciéndola para que se fugara con ellos a pesar que conocían que se encontraba bajo la custodia paterna y tenía terminante prohibido salir de la vivienda por su estado».
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Mediante las comunicaciones parciales que se han podido extraer entre la menor y uno de los investigados, ya que fueron borradas de manera parcial por el propio denunciado al objeto de eludir futuras responsabilidades, se instó a la menor a que saliera con ellos «con una más que probable intención libidinosa», a pesar de que «eran conscientes que debía tirarse por una ventana situada en una segunda altura y que se encontraba bajo los efectos de sustancias tóxicas», según les fue expresamente manifestado por la menor en su conversación y que, a la postre, sería la última que hiciera en su vida.
Aquella noche, los tres hombres acudieron en un mismo automóvil al domicilio de Isabel sobre las 23:50 horas, atravesando el vehículo en la vía para que la menor cayera sobre el mismo, según habían concretado con ella y así poder escaparse por la ventana. Todo ello porque se encontraba bajo custodia paterna y tenía cerradas las puertas de la vivienda a tal efecto.
Minutos después, la menor salió al balcón y se precipitó, con el infortunio que se golpeó con el balcón del piso inferior quedando tendida en la calzada a merced de ayuda inmediata. Los denunciados, tras presenciar lo sucedido y siendo conscientes de las lesiones que podría haber sufrido Isabel, se apremiaron en subir al vehículo al grito de «¡Vámonos, vámonos!», emprendiendo la huida sin cerciorarse del estado en que se encontraba la misma, sin prestar a la víctima el auxilio debido, ni solicitar ayuda a terceros, «quedando la misma abandonada a su suerte».
De esta actitud fueron testigos una vecina que recriminó la huida emprendida a uno de los denunciados que retornó, un tiempo después, al lugar de los hechos y otro viandante que asistió primeramente, en su condición de facultativo, a Isabel. Como consecuencia del accidente, la menor sufrió un traumatismo cranoencefálico severo, entre otras lesiones, que determinaron su muerte el día 28 de mayo en el Hospital General Universitario de Valencia.
«La imprudencia cometida por la menor, inducida por el supuesto ánimo libidinoso de unos individuos de más de 24 años que eran conocedores del estado y edad de la menor a la que iban a ayudar a fugarse de su casa, se llevaba por delante su vida y truncaba sus sueños así como la familia que en este mundo quedó», manifiesta el letrado de la familia.
«No se puede permitir que este tipo de personas se dediquen a aprovecharse de menores en estado de vulnerabilidad por las redes sociales. Son manadas. Si son capaces de huir dejándola en el suelo agonizando, ¿de qué más pueden ser capaces?», comenta el padre de la adolescente a este periódico.
Negligencia médica
En paralelo, los padres de Isabel mantienen viva su lucha en los juzgados contra las terapeutas que atendieron a su hija durante el último año antes de su muerte. El Juzgado de Requena ha archivado hasta en dos ocasiones la querella contra las especialistas, por lo que han presentado un recurso de apelación en la Audiencia Provincial de Valencia al que se ha adherido el Ministerio Fiscal con el objetivo de que se abra camino la investigación sobre la actuación de la psicóloga y la psiquiatra querelladas.
«Nosotros no culpamos a sus médicos de la decisión que tomó mi hija, consciente, inconsciente o instigada por terceros», insisten. «Las culpamos de una actitud negligente durante semanas que llevó a mi hija a su empeoramiento mental, como se puede ver en los partes médicos«, aclaran sus padres. Al respecto, reflexionan sobre el necesario ingreso en un centro hospitalario especializado dado su estado: »¿Y si la hubiese atropellado un coche como noches antes huía de casa sin saber ni dónde iba? Mi hija debía estar ingresada y ellas jamás cumplieron su deber de proteger y cuidar a mi hija«.
En su denuncia, Rafael y Dolores critican que las profesionales sanitarias no activaron el protocolo antisuicidio establecido por la Generalitat Valenciana pese el notorio empeoramiento de su pequeña, quien llegó a relatarle a ambas «un plan de suicidio concreto»: «Ha pensado en defenestrarse pero como vive en un segundo piso sabe que puede hacerse mucho daño y puede no perecer en el intento. Se ha realizado cortes en el antebrazo y se ha informado de cómo hacerlo correctamente pero de momento no se ha atrevido», describe la psiquiatra en un parte médico tres días antes de la muerte de Isabel.
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