Según relatan fuentes municipales, en varios controles rutinarios los agentes interceptaron este domingo a estos conductores y comprobaron que se dedicaban al transporte de personas a establecimientos de ocio, en aquellos momentos en los que los taxistas con licencia oficial están ocupados.
Los policías tramitaron las denuncias a tres personas por intrusismo profesional y trasladaron el expediente sancionador al Área de Transportes de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, por prestar servicios de transporte en vehículos de turismo mediante un conductor que no está debidamente autorizado para la conducción y habilitado para la prestación del servicio.
Tras esta operación el concejal de Protección Ciudadana y Movilidad, Juan Ortolá, ha trasladado el apoyo del gobierno local al sector del taxi profesional del municipio y ha remarcado que «denunciaremos todas las irregularidades que detectemos».
Los llamados «taxis pirata» son vehículos particulares sin la autorización para el transporte de pasajeros por carretera y que, entre otras, carecen de la cobertura de seguro de responsabilidad ilimitada a la que están obligados los taxis con licencia y tampoco tienen unas tarifas fijas y oficiales, sino que más bien, el precio a pagar se aplica por un acuerdo entre el cliente y el conductor, provocando una competencia desleal con el sector que opera dentro de la legalidad.
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