La telaraña de cocaína que atrapó al Puerto de Valencia
Ocho policías infiltrados y más de ochenta detenidos destapan una extensa red criminal con estibadores, líderes sindicales, empresarios y narcotraficantes internacionales implicados
Valencia
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Iniciar sesiónEn los muelles del Puerto de Valencia, entre los zumbidos de las grúas y los pitidos de los remolcadores, se respira todavía una tensa tranquilidad. No saben cuánto va a durar, si aún hay dentro manzanas podridas o garbanzos negros, como se les conoce en ... su argot, pero los trabajadores son conscientes de que el mazazo asestado hace algo más de un mes por la Policía Nacional al cártel de la droga que tejió una pegajosa y resistente tela de araña durante años, supuso un incuestionable revés para los encargados de introducir en Europa la cocaína que llega desde la Amazonia. La operación 'Spider', nunca mejor dicho, destapó un entramado digno de la premiada serie 'The Wire', con toda clase de implicados en diversas capas de su nutrido organigrama: desde traficantes a estibadores, hasta líderes sindicales, camioneros y empresarios del transporte.
En el dispositivo llevado a cabo el pasado mes de septiembre, liderado por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía de Valencia, participaron más de 450 agentes de diferentes unidades, incluidos los grupos operativos con mayor especialización en operaciones peligrosas contra el narcotráfico en territorio nacional. No era una más, nunca se habían enfrentado a una red con tantos tentáculos. De hecho, la organización criminal desarticulada se dividía en dos facciones que llegaron a tal punto de convergencia que compartían la viciada virtud de sus empleados portuarios investigados, tal y como aparece detallado en el auto dictado por el Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, consultado por ABC.
El jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Valencia señaló que el desarme del ya conocido como el 'Cártel del Puerto' afecta «prácticamente» a toda su arquitectura delincuencial; por tanto, no sólo a los eslabones más bajos de la cadena, sino también a los estibadores, camioneros y empresarios «perfectamente coordinados» para que la cocaína llegara a buen puerto, valga la redundancia.
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Entre los detenidos, se encuentran importantes representantes sindicales. Un expresidente del comité de empresa en representación de Coordinadora, principal sindicato de los estibadores, un «peso pesado», según fuentes portuarias; así como un delegado del comité de empresa y miembro de la Coordinadora Estatal de Estibadores Portuarios (CEEP). Todos ellos, junto a otros dos estibadores –B.M.R e I.T.R– son considerados los cabecillas de la extensa red narcotraficante. El complejo entramado puesto en marcha por los sindicalistas tiene su oasis en el Centro Portuario de Empleo, mediante el que poseían «pleno dominio» de los procesos de selección de estibadores.
Según fuentes policiales, amañaron exámenes y falsificaron test de drogas para favorecer la elección de los 'nexos' que podrían introducir y permitir la extracción de la droga sin levantar sospechas. Así, adjudicaron las jornadas laborales ideales para que los controladores colocaran los contenedores que contenían la cocaína y alertaran de la presencia policial. Incluso, cuando se produjo alguna detención, si algún estibador entraba en prisión el centro de empleo, bajo la batuta de los narcos, falsificaba documentos para simular una excedencia con fecha anterior a la del arresto para que cuando cumpliera condena volviera a trabajar en la estiba.
«La llave de la puerta»
Los líderes de estas dos organizaciones independientes, con intereses propios pero también sinergias y recursos clave a su alcance, se hacían llamar los poseedores de «la llave de la puerta de entrada de la cocaína por el Puerto de Valencia». «Lo que distingue a esta operación de otras ha sido la capacidad de llegar a todos los eslabones de la cadena», describió el inspector jefe de la Udyco. «Los narcos valencianos constituían la cabeza de la organización criminal y se hacían cargo de los amigos desde que el contenedor sube al buque hasta que llega a España», subrayó. Estos contaban con homólogos y contactos nacionales «encargados de hacer de cortafuegos», sin trato con los líderes, para que la caída de capas inferiores no les afectara en absoluto.
Los capos señalados en 'Spider' también disponían de empresas que le daban acceso a la ciudad portuaria, compañías de transporte con la capacidad de introducir camioneros para las extracciones. Tal es su trascendencia que el juez que instruye el caso, Vicente Ríos, de sobra conocido por su lucha tenaz contra el narcotráfico, ordenó el ingreso en prisión para dos miembros de una compañía de transporte por su presunta colaboración con la trama, cuyos empleados arrestados habrían dispuesto supuestamente órdenes «viciadas» para dar apariencia legal al acceso a terminales con «contenedores con bicho».
Los «hombres arañas»
El cartel utilizaba habilidosos escaladores para trepar por los contenedores y extraer la droga marcada sin levantar sospechas
En el último peldaño se encontraban los equipos de extracción, más conocidos como 'hombres arañas'. Eran los encargados de trepar y escalar hasta los contenedores que almacenaban la droga oculta y sacarla mediante el método delictivo conocido como el 'gancho perdido' –colar mercancía ilícita dentro de cargamentos legales–, antes de que las unidades salieran del puerto en sus respectivos camiones. Una labor tan precisa y rápida como la de los mecánicos de Fórmula 1 cuando los pilotos repostan y cambian ruedas en segundos.
Además, entre los más de 80 detenidos también aparece un cabo de la Guardia Civil, que actuaba de intermediario entre el cártel y los narcos sudamericanos, aunque por el momento no se ha hallado vinculación directa con el capitán Jesús Fernández Bolaño, en prisión desde finales del año pasado acusado de hacer la vista gorda en la entrada de cocaína en el puerto a cambio de un trozo del pastel. No obstante, tres de los arrestados, del cártel de los Balcanes, sí fueron enviados a prisión tras la operación en la que cayó este oficial del Instituto Armado con un puesto clave en el puerto.
Los ocho infiltrados
El duro golpe policial se fraguó gracias a la infiltración de ocho agentes encubiertos enviados por la Fiscalía Especial Antidroga, tras la apertura en la Audiencia Nacional, en marzo de 2024, de una pieza separada declarada secreta. Estos agentes fueron los artífices de la aprehensión de ocho alijos que ascienden a casi cinco toneladas de cocaína en el último año y medio, lo que ha aupado al puerto de Valencia a liderar el narcotráfico en el Mediterráneo. 'Iveco', 'Orca' y 'Rande' son nombres en clave, 'nicks', que usaban sus compañeros de la Udyco para referirse a sus identidades falsas.
Los tres se dieron de alta en una cooperativa de transportistas como camioneros y, tras el paso de los meses, se ofrecieron voluntarios en las operaciones de rescate de droga. Así arrancó una operación de infiltración en la red 'narcoportuaria' en la que algunos de ellos llegaron a tener que extraer la droga de los contenedores 'contaminados' para salvaguardar su apariencia dentro del entramado. Del mismo modo, fueron claves las escuchas telefónicas y la geolocalización de los coches de los cabecillas.
Tras el narcotráfico, llegaba el lavado del dinero. Y lo tenían todo pensado. La organización lideraba un entramado empresarial que le permitía introducir los enormes beneficios generados por la droga en el flujo legal de capitales. Los investigadores se incautaron de numerosos bienes de lujo, entre los que destacan 53 vehículos de alta gama, una embarcación valorada en 400.000 euros, 60 relojes de prestigiosas marcas, diversas joyas, diamantes y lingotes de oro.
Además, efectuaron 59 registros domiciliarios en Valencia ciudad y en decenas localidades, así como en la isla de Ibiza. Lograron intervenir más de 4,5 toneladas de cocaína, 365.000 euros en efectivo y diversas armas de fuego, tales como un rifle, una escopeta, tres revólveres, un arma corta, dos bolígrafos pistola, dos armas simuladas, munición y tres táser.
El pasado 17 de octubre, los agentes antidroga de Policía y Guardia Civil interceptaron un nuevo alijo de 1.700 kilos de cocaína, con el sello del 'Cártel de los Balcanes', que guarda conexión con la macrooperación 'Spider', tanto que el camionero que lo trasladó también fue encarcelado hace un mes. Además, este próximo lunes dos de los principales cabecillas de la trama se sentarán en el banquillo por introducir otros 1.650 kilos de droga en plena pandemia del Covid-19, según informó el diario Levante-EMV.
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