La solución para acabar con el calor en las aulas según un estudio de arquitectos

Las medidas incorporadas a estas nuevas construcciones para proteger a alumnos y profesores, además con la tendencia agravada por el cambio climático, pasan por una «ventilación natural cruzada», sin necesidad de aire acondicionado, incorporar cubiertas vegetales para reducir la temperatura interior, así como «patios sombreados y orientados estratégicamente».

Otros elementos llaman menos la atención porque no están a la vista y, además, resultan menos novedosos porque ya se emplean desde hace tiempo, caso de los «materiales locales de alta eficiencia térmica», a priori, una evolución de los aislamientos tradicionales.

Uno de los exponentes y «referente» de este modelo constructivo es el nuevo colegio público de Gilet, en la provincia de Valencia, que «incorpora un diseño bioclimático que apuesta por soluciones pasivas, sostenibles y adaptadas al contexto climático actual», según este gabinete de arquitectos, que también ha desarrollado otro proyecto de similares características en Paiporta, por ejemplo.

En estas instalaciones, «está todo pensado desde cero para que funcione bien sin depender de tecnología costosa ni de energía intensiva», aseguran.

El arquitecto Enrique Romero Payá resume esta filosofía adaptada a las nuevas condiciones meteorológicas: «El objetivo no es construir un edificio espectacular, sino un colegio útil, pensado para funcionar con el clima que ya tenemos; lo anómalo es seguir construyendo como si no hubiera cambiado nada».

Al tiempo que opina que «la solución no es enviar a los alumnos antes a casa», como se ha empezado a hacer en algunas zonas andaluzas, este profesional de Aeco resalta que las instalaciones levantadas con estos criterios novedosos, tienen además un componente pedagógico a esas edades. «El propio edificio será un instrumento educativo: permite al alumnado entender cómo se regula la temperatura, cómo se aprovecha el agua o cómo se genera energía limpia, sostenibilidad no sólo en el currículo, sino en la experiencia diaria».

Aparte de la propia salud de los escolares, la prioridad obviamente, estos arquitectos advierte de otra consecuencia negativa de seguir conformándose con «parches» como colocar toldos y reducir el horario de clase: la conciliación familiar, al regresar los alumnos al domicilio antes de tiempo.