El «secreto familiar» que casi le cuesta 400.000 euros: un estafador le convenció de que podía multiplicar billetes
La Policía Nacional ha detenido en Alicante a un timador de origen nigeriano que empleaba el método del 'washwash' para hacer creer a sus víctimas que podía triplicar su dinero con productos químicos
Le vende la casa a otro por encargo mientras estaba fuera y con los 200.000 euros se compra una y la reforma
Valencia
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Iniciar sesiónLa Policía Nacional de Alicante ha impedido la consumación de una estafa, mediante el conocido «timo washwash», tras detener a un hombre de 58 años de edad y nacionalidad nigeriana como presunto autor de los hechos quien, utilizando como señuelo el interés por la ... compra de unos locales, hizo creer a la víctima que podía multiplicar una cantidad de billetes, utilizando unos productos químicos sobre ellos y unos papeles tintados de negro, convirtiendo los papeles en moneda de curso legal. De no haberse evitado el ilícito, la víctima podría haber perdido 400.000 euros, dado que, la operación que le propusieron por la compra de los locales, ascendía a más de un millón de euros.
La investigación se inició tras personarse en la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Comisaría Provincial de Alicante, un ciudadano propietario de unos locales comerciales en la ciudad, puesto que sospechaba que podría estar siendo víctima de una estafa.
Esta persona manifestó a los agentes que le había contactado a través de un inquilino un hombre que estaba interesado en la compra de unos locales comerciales que poseía en la ciudad, llegando a ofrecerle más de un millón de euros por la compraventa inmobiliaria.
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El propietario de los locales solicitó al comprador una fiabilidad sobre el dinero de la operación, respondiéndole éste que «el dinero lo tenía fuera del país y que podía traerlo sin problema», por lo que acordaron una nueva cita posterior.
Seguidamente, se produjo esta nueva cita tras contactar el comprador con el vendedor, diciéndole que había traído el dinero desde Suiza y que necesitaba que le recogiera e ir a un lugar seguro para mostrárselo, por lo que el perjudicado le recogió en su vehículo y lo llevó hasta su domicilio particular.
Una vez en su domicilio, el comprador abrió un maletín que llevaba, el cual contenía tacos de billetes de color negro, con polvos de talco y como tintados, envueltos en plásticos que simulaban ser billetes de distintas cantidades de dinero.
«Un secreto de familia»
A continuación, le contó que tenían «un secreto en la familia», que consistía en multiplicar billetes de curso legal, mediante un proceso químico, aplicándole unos líquidos a los billetes tintados, para convertirlos en billetes auténticos.
Tras contarle el «secreto familiar», este hombre sacó de una mochila unas botellas con un supuesto químico y un pliego de papel de plata doblado. Posteriormente, le pidió a la víctima dos billetes de cincuenta euros y los envolvió dentro del papel de plata junto con seis de los billetes tintados que extrajo de uno de los paquetes. Tras esto, los introdujo en un plato y les aplicó los supuestos líquidos reactivos, apareciendo «lavados» los billetes tintados, triplicando así la cantidad real aportada por el perjudicado para la demostración.
Después de la demostración y, bajo la premisa de que si revelaba el secreto familiar no se cerraría la operación de compra de los locales, solicitándole 400.000 euros en billetes de 50, 100, 200 y 500 euros para transformarlo en un 1,100.000 euros, por lo que dejaron en la vivienda del perjudicado todos los útiles empleados.
La víctima dijo necesitar tiempo para reunir el dinero, por lo que acordaron una tercera cita días después, antes de la cual, el hombre fue nuevamente al domicilio a llevarle los productos químicos y el resto de material que se emplearía en el proceso de transformación de los billetes.
Entre tanto, antes de la cita convenida, el perjudicado comenzó a sospechar que pudiera estar siendo víctima de algún tipo de estafa, por lo que decidió ir a la comisaría a contar lo ocurrido. Los agentes, tras escucharle, le corroboraron el hecho de que todo ello componía una sofisticada estafa denominada en el argot policial como 'timo del washwash' – término anglosajón que significa «lavar» y que se aplica a este timo consistente en lavar billetes – por lo que se determinó establecer un dispositivo policial discreto en torno a su vivienda el día de la cita, con el fin de poder interceptar al falso comprador.
Así pues, el día de la cita, los agentes detectaron por las inmediaciones del domicilio al investigado, quien se aproximaba al lugar de la reunión adoptando numerosas medidas de seguridad con el fin de detectar presencia policial por las inmediaciones y abortar la operación.
Finalmente, el varón accedió al edificio donde la víctima le estaba esperando y, tras producirse el contacto, los agentes desplegados en el operativo, le interceptaron y detuvieron como presunto responsable de un delito de estafa, en una vivienda que la víctima tenía en la planta superior a su domicilio y que estaba en obras en esos momentos, lugar donde se iba a producir la manipulación de billetes.
Junto con el detenido, quien en el momento de ser arrestado, se disponía a efectuar el tratamiento de los billetes tintados, la operación policial realizada, permitió la intervención de los productos y útiles que iban a destinarse a confeccionar la estafa, además de evitarse un delito de estafa de gran magnitud con el consecuente perjuicio económico que le hubiera provocado a la víctima. Tras la práctica de las diligencias policiales, todo lo instruido fue puesto en conocimiento de los juzgados de instrucción de Alicante.
El timo del 'washwash'
Se trata de un timo bastante sofisticado, conocido así por la traducción del término anglosajón «wash» que significa lavado, que consiste en engañar a la víctima para que crea que se puede transformar un papel aparentemente inútil y teñido, generalmente de negro, en billetes auténticos y de curso legal, mediante un proceso químico especial.
Los estafadores, presentan una historia convincente a la víctima, normalmente explicando que poseen una gran cantidad de dinero procedente de un país extranjero, frecuentemente africano y que, para sacar este dinero del país sin ser detectados por aduanas o autoridades, lo tintan con pintura negra para ocultarlo.
Para ganar la confianza, los estafadores realizan una demostración frente a la víctima, aplicando unos productos químicos sobre unas hojas o billetes teñidos y estos parecen «limpiarse» o «transformarse» en dinero real.
A continuación, para reforzar la demostración, le entregan a la víctima un billete auténtico, para que pueda verificar su legitimidad en un banco, solicitándole una cantidad elevada de dinero para comprar una más productos y utensilios que permitirían limpiar la totalidad del dinero tintado, culminando la estafa cuando se lleva a cabo el lavado del dinero que aporta la víctima junto con los papeles inútiles, dándole un cambiazo con billetes falsos o simplemente tintados, mientras que ellos se quedan con el dinero real, indicándole que debe esperar unos días para que se dé el resultado, tiempo que utilizan los autores para fugarse con el dinero.
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