Este aspecto incide directamente en el recorte de la mitad del caudal para transferencias hídricas entre ambas cuencas. «Ya nos hubiera gustado, jamás hemos sido consultados a este respecto y nunca hubiéramos aceptado ni un litro por encima de seis m3/segundo en Aranjuez», han añadido los agricultores.
Después de las manifestaciones de Ribera para el diario murciano, el presidente del Scrats, Lucas Jiménez, le ha instado a aclarar lo que ha dicho sobre que conocían sus planes: «Conmino a la ministra a dejar de falsear la realidad o a indicar fehacientemente en qué reunión exactamente este presidente fue informado de un acuerdo al respecto».
Y ha reprochado a la dirigente del Gobierno central de ignorar el criterio de otros responsables de su departamento. «No me incumbe, aunque resulta claro cuál es su personalidad, que deja en mal lugar a sus técnicos e incluso a sus compañeros de partido en estos lares, a los que que acusa abiertamente de mentir y ellos al parecer se lo consienten», ha opinado.
Al echarles en cara literalmente que en la guerra del agua «sobra ruido y testosterona y ruido» por el rechazo en el campo murciano y alicantino contra el Plan del Tajo, recién aprobado, el Scrats ha reaccionado con contundencia: «Teresa Ribera está dando los últimos coletazos de una planificación hidrológica política, con su peculiar dirección personalista. Y fue precisamente su testosterona junto con el proverbial y más que conocido exceso habitual de Page, los que tiraron por tierra las propuestas de su equipo técnico».
Con esta referencia a las presiones del presidente de Castilla-La Mancha para acabar con los trasvases, el presidente de los regantes ha abundado en el trasfondo político de estas decisiones. «Si la ministra, inteligente como pocos, hubiera tirado de frialdad otro gallo nos cantaría. Pero la fe, en su caso ciega de ideología, entiende poco de frialdad», ha lamentado
Jiménez ha concluido sus críticas desmarcando al sector de partidismo. «No somos políticos los agricultores, lo que nos mueve es el miedo a perder la empresa, la hacienda, eso se llama adrenalina, no testosterona. Espero que Teresa, visceral a la par que inteligente y autoritaria, sea capaz de aceptar esto», ha apostillado.
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