El pueblo más bonito de España está en Alicante, según 'National Geographic': perfecto para viajar en Semana Santa

En este sentido, nuestro país alberga un gran número de pueblos preciosos que esconden un rico patrimonio histórico y están rodeados de impresionantes entornos naturales. Joyas únicas que son testigo de siglos de historia y una riqueza cultural única.

Elegir un destino puede resultar difícil. De esta forma, 'National Geographic' establece un listado con los pueblos más bonitos de España. En su sección especializada en viajes, la prestigiosa revista ha elegido un municipio alicantino como líder del ránking. Se trata, nada más y nada menos, que de Altea, un municipio costero de alrededor de 20.000 habitantes, situado en la comarca de la Marina Baja, al noroeste de la provincia de Alicante.

Las bases de lo que es hoy Altea se asentaron durante la última fase del dominio musulmán, cuando pertenecía a la taifa de Denia. Desde 1991, el pueblo pertenece al Douzelage, plan europeo de hermanamiento entre diversas ciudades de países integrantes de la Unión Europea. El pueblo cuenta también con el título oficial de capital cultural de la Comunidad Valenciana.

La estampa más reconocida de Altea, conocida como la 'cúpula del Mediterráneo', la forman sus callejuelas empedradas y casas blancas engalanadas con coloridas flores, como geranios, jazmines y buganvillas, que irradian una magia muy especial.

El casco antiguo de Altea, conocido como el Fornet, esconde una preciosa joya: la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Sus dos preciosas cúpulas, cubiertas con tejas azules, típicas de la zona levantina, coronan el monumento, de acceso gratuito. Su origen se encuentra en una parroquia de inicios del siglo XVI con estilo neobarroco.

En el casco antiguo de Altea se encuentran, además, otros puntos destacados del municipio alicantino como son la Torre de Galera y la de Bellaguarda y los accesos de Portal Nou y Portal Vell. También debe pasear por calles preciosas como Salamanca, Fondo, Santa Bárbara y Cura Cremades.

Pero Altea es también un paraíso por su zona costera, de más de 6 kilómetros, distribuida en un gran número de playas, como L'Olla, Solsida, Cap Negret, Albir, Cala del Mascarat o La Roda. Todas ellas son de piedras y algunas están escondidas entre grandes acantilados. Además, no están muy masificadas, por lo que son perfectas para disfrutar de la tranquilidad del mar.

Altea esconde un gran tesoro: la isla de la Olleta. Ubicada en el Parque Natural de Serra Gelada, esconde restos arqueológicos de la época romana. Sus aguas cristalinas la convierten en un lugar perfecto para bucear o practicar snorkel y contemplar así su maravilloso fondo marino.

El municipio alicantino está rodeado de un impresionante entorno natural. En este sentido, además del Parque Natural de Serra Gelada, destaca la Sierra de Bèrnia, donde se encuentran las ruinas de un castillo y un campo de golf. Además, el visitante puede hacer bonitas rutas, como la de los Arcos o la del Forat de Bèrnia.

Llegar a Altea es muy sencillo. Por carretera, debe coger la autopista A-7 y tomar la salida 64. En cuanto al transporte público, también se puede llegar en tren cogiendo la línea Alicante-Denia. Además, hay servicio de autobuses que comunican la localidad con el resto de la provincia. Por otro lado, el aeropuerto de Alicante se encuentra a 61 km.