Profesores desmontan a Compromís y su valencianidad de Alicante por topónimos: «¿Pedirán inmersión lingüística en árabe, latín o ibero?»
La Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística rechaza «el tufillo racista y xenófobo cuando explican el auge del castellano por la llegada de emigración de España»
La inmersión lingüística a la catalana en Valencia naufragó: las familias eligen para los hijos su lengua materna
Alicante
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Iniciar sesiónLa Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística ha desmontado el argumento más utilizado por los contrarios a que la ciudad de Alicante pase a ser considerada zona de predominio castellanohablante: sus topónimos en valenciano. Tras conocer este movimiento de ... rechazo de ciertos sectores a la solicitud del Ayuntamiento a las Cortes Valencianas, aprobada en el último Pleno municipal, estos profesores han tirado de historia.
«Si aplicamos esta misma lógica, ¿por qué no extender la inmersión lingüística al árabe, ya que nombres como Benalúa, Albufereta o Beniarrés son testimonio del rico legado andalusí? O mejor aún: ¿por qué no exigir clases en íbero o en lengua romana vulgar, si también tenemos restos toponímicos prerromanos y latinos?» Con estos ejemplos, han razonado en contra de que se tengan en cuenta estas referencias físicas o geográficas como razón de peso para determinar cuál es el idioma mayoritario de la población.
En cambio, han apelado a la voluntad expresada por madres y padres para la educación de sus hijos, en la consulta auspiciada por la Generalitat en marzo: «Alicante, esa ciudad en la que -hace tan sólo un par de meses- 8 de cada 10 familias votaron por el castellano como lengua de enseñanza para sus hijos, resulta que —según muy autorizadas voces como Compromís, la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) y otros expertos en arqueolingüística— sigue siendo una ciudad profundamente valencianohablante».
En su análisis de las razones expuestas contra la modificación de esa catalogación de la ciudad en el mapa, aunque no está claro que se vaya a consumar, ya que el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha puntualizado que no está en su agenda, y después de que la Diputación también se haya pronunciado en contra, la plataforma abunda más en la escasa «solidez» de la valencianidad absoluta de Alicante.
«Según estos custodios de la escondida pureza lingüística, si una playa se llama El Postiguet y alguien alguna vez dice Alacant en vez de Alicante, es suficiente motivo para adjudicar a toda la población el estatus lingüístico de valencianohablantes y, en base a ello, obligarles a estudiar en valenciano aunque no lo hablen ni en casa ni en el bar ni en ningún sitio», señalan.
«Todas las raíces, sin distinción de siglo»
Acerca de los topónimos, abundan en la arbitrariedad de elegir únicamente los orígenes en una lengua o un período histórico concreto y no otro: «Que no se diga que no somos fieles a nuestras raíces... todas las raíces, sin distinción de siglo».
Frente a este elemento en el debate, estos docentes vuelven a oponer las estadísticas oficiales sobre los hablantes. Los estudios sociolingüísticos llevados a cabo por la propia Generalitat confirman que el castellano es la lengua de uso habitual en Alicante desde hace décadas y el número de familias que tienen el valenciano como lengua materna, actualmente no supera el 8% de la población, tal como han recordado.
«A pesar de eso, los guardianes del valenciano, al que luego en la intimidad llaman catalán, aseguran que esta circunstancia se debe a la maléfica combinación de «inmigración española» (¡cuánto daño hizo esa gente viniendo a vivir a su propio país!) y una represión lingüística franquista que, al parecer, no sólo sigue más viva que nunca sino que crece cada año… pero sólo en Alicante capital», relatan, en referencia a otra de las explicaciones difundidas por los sectores nacionalistas a raíz de la polémica, que se manifestaron frente al edificio consistorial, que efectivamente achacaron a los venidos de otras Comunidades Autónomas el desequilibrio entre ambos idiomas oficiales.
En esta valoración, la plataforma echa mano de ironía al comparar las votaciones en los hogares para definir la lengua base (vehicular) con las razones vinculadas a tradiciones y festejos. «Curiosamente, el simple hecho de que las familias quieran ejercer su derecho a elegir la lengua educativa de sus hijos —derecho reconocido por el Estatuto de Autonomía, la Ley 4/1983 y ratificado en la reciente Ley 1/2024 de Libertad Educativa— parece no tener suficiente peso frente al poder del llibret de Fogueres y los coros de la Colla del Dimoni», indican.
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A su juicio, «lo que está en juego no es la lengua, sino la libertad, pero ya se sabe: si hay algo más sólido que la voluntad popular, son los argumentos científicos de la toponimia romántica y las metáforas festivas». y como otro ejemplo, aluden a que «Alicante vota en castellano, pero, amigo, desayunar fartons después de la noche de Fogueres la condena a no poder usar su lengua materna».
En el caso de Compromís, opinan que «habría sido de agradecer que hubiesen prescindido del tufillo racista y xenófobo cuando explican el auge del castellano por la llegada de emigración 'de España'», mientras que a su entender »los socialistas ni siquiera han aportado argumentos, ellos simplemente cumplen órdenes y punto«. Este partido anunció que presentará un contencioso-administrativo en caso de aprobarse el cambio de Alicante como zona de predominio castellanohablante.
Frente a este posicionamiento, estos docentes apoyan «el paso adelante en favor de la libertad» que supone la moción aprobada por el Ayuntamiento de Alicante. Y dejan claro que eso no quita para defender que cada cual escoja el idioma de su preferencia. «Pese al ánimo intoxicador, esta decisión no es, ni lo toleraríamos, una amenaza al uso del valenciano: Que hable en valenciano quien quiera y que estudie en valenciano quien quiera, defendemos para los valencianohablantes la misma libertad», enfatizan.
También apuntan con sus críticas desde la plataforma a la Acadèmia Valenciana de la Llengua: «Sin duda, lo más preocupante es el papel jugado por una institución que pretende ser académica como la AVL, sus razonamientos provocan el llanto o la risa».
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