El primero de los asaltos ocurrió durante la madrugada del 27 de abril cuando, según el relato que hace la sentencia, el encausado fue hasta un bar de la localidad, que estaba cerrado, y accedió a su interior tras forzar una ventana. Una vez dentro se apoderó de 380 euros en efectivo, informa el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).
A continuación, forzó otra ventana y entró en la vivienda anexa al establecimiento, donde se encontraba durmiendo el propietario. En la casa, cogió un paquete de tabaco y un mechero.
Días después, la noche del 4 al 5 de mayo y con ánimo de obtener beneficio económico a costa de lo ajeno, accedió a una peluquería canina de la misma localidad, después de romper una puerta secundaria a la que llegó saltando por una terraza interior.
Una vez en el interior del negocio se llevó material de trabajo como máquinas de cortar el pelo, cuchillas, pipetas, gomas de pelo, tijeras o sacos de pienso. Los efectos robados y los daños provocados en el establecimiento están cifrados en más de 350 euros.
El ahora condenado tenía antecedentes penales por hechos similares. La sentencia, fruto de un acuerdo entre las partes por el que el condenado reconoció los hechos y aceptó la pena impuesta, es firme y no puede recurrirse.
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