No estamos listos para el cambio climático: los temporales extremos se intensificarán en España con más muertes
Los expertos advierten de la necesidad de adaptar el territorio y las actividades económicas a la nueva realidad, que se intensificará en los próximos años, en un foro organizado por À Punt en Valencia
Los meteorólogos de la tele desvelan el truco para que la audiencia no se pase a 'El Hormiguero'
Aviso de la Aemet sobre el tiempo en Valencia: las temperaturas se desploman el fin de semana
VALENCIA
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Iniciar sesiónTenemos los datos, las herramientas y las leyes para actuar, pero nos queda mucho todavía para estar preparados y afrontar lo que viene. Es una de las principales conclusiones que pueden extraerse de las ponencias escuchadas este jueves en el Meteocom, el Foro de Meteorología ... y Comunicación del Cambio Climático organizado por À Punt en el CaixaForum de Valencia.
Un encuentro de dos jornadas que reúne a científicos y meteorólogos de todas las televisiones de España y del que saldrá un pacto que pretende convertir a los hombres y las mujeres del tiempo en 'influencers' de la emergencia climática en sus espacios de divulgación.
«Posiblemente no me interesa qué clima va a hacer, sino qué va a hacer el clima. No me interesa qué tiempo va a hacer, sino cómo me va a afectar. Frases como la que se han dicho sobre que ha sido el verano más frío de nuestro futuro, teniendo en cuenta que ha sido el más cálido desde que tenemos registros, evidentemente pueden ser exageradas, pero llegan», ha señalado Jorge Tamayo, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la Comunidad Valenciana.
En ese sentido, un fenómeno «extraordinario» se está convirtiendo en la «nueva normalidad climática», ha añadido el experto, que ha introducido las ponencias de tres destacados profesionales. «Si no se explica las consecuencias, decir que la temperatura sube un grado y medio no parece mucho», ha agregado.
Su homólogo en Navarra, Peio Oria, ha ido más allá sobre las consecuencias del cambio climático en nuestro día a día. Los modelos de predicción vaticinan que «sufriremos un aumento -de entre el 5 y el 10%- en la frecuencia de ocurrencia de temporales y eventos de precipitación extrema a escala diaria en todas las grandes regiones peninsulares» en el periodo 2022-2060. Cuatro décadas en las que las lluvias dejarán «1,5 litros por metro cuadrado de media» más que ahora.
Un «considerable» aumento, superior al cinco por ciento, según el estudio realizado por Oria, pendiente todavía de revisión científica, por lo que ha llamado a tomar las conclusiones con «cautela». Para llegar a ellas, el delegado de Aemet en Navarra ha puesto el foco en los aumentos en la precipitación acumulada entre 1965 y 2021: en el Mediterráneo y en el Cantábrico diez de los episodios más extremos son del siglo XXI, cinco de ellos registrados entre 2012 y 2020. De hecho, ha puesto como ejemplo la «histórica» y «premonitoria» borrasca Gloria de ese último año, que dejó dos de los diez días con más lluvia registrados desde 1982.
Los efectos «no climáticos»: adaptar el territorio y la economía
Ese aumento de los temporales en distintas épocas del año, como ya venimos experimentando, se traducirá en más daños personales y materiales, por tanto económicos, algo en lo que ya están empezando a poner el foco las aseguradoras. De ahí la necesidad de ajustarnos a la nueva coyuntura climática.
El calentamiento global va a ser el «telón de fondo» de un siglo «bastante complejo de gestionar», ha pronosticado Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante. El incremento de las inundaciones por tormentas convectivas, las sequías cortas pero intensas o los golpes de calor dejarán otros efectos, los «no climáticos», ha destacado.
Para hacer frente a ellos será indispensable, según Olcina, adaptar las actividades económicas a la nueva realidad, como ya están haciendo el sector hotelero, el industrial o el de la movilidad. «Falta la agricultura», ha apuntado. «Tenemos un territorio muy mal preparado», ha incidido. Un problema con fácil solución: «Con cumplir la normativa que tenemos sería suficiente, pero no se cumple».
Entre otros, el catedrático ha aludido a la necesidad de cambios en los protocolos de emergencias ante riesgos que no se contemplan o hasta en el calendario escolar; a la reutilización al máximo del agua; o al diseño de viviendas adecuadas a la región en la que se van a ubicar.
En definitiva, desterrar la forma «depredadora» con la que nos venimos relacionando con el medio natural, puesto que «lo que no hagamos ahora lo vamos a pagar en forma de pérdidas económicas más elevadas y de pérdidas de vidas humanas», sobre todo, por el aumento de las noches tropicales.
«La buena comunicación salva vidas»
Durante la primera jornada, los asistentes al Meteocom también han podido escuchar la experiencia en este ámbito del jefe de Climatología de Aemet en la Comunidad Valenciana, José Ángel Nuñez. «La buena comunicación salva vidas», sobre todo en catástrofes naturales, ha advertido, sobre la necesidad de que los servicios oficiales adapten el lenguaje, utilicen la tecnología e interpelen al ciudadano con datos locales.
Nuñez ha tomado como ejemplo la tragedia ocurrida el pasado mes de agosto en el festival Medusa de Cullera, cuando un reventón cálido hizo caer varias estructuras, dejando un joven muerto y varios heridos graves. «14 horas después ya teníamos una notificación del juzgado de guardia pidiendo un informe rápido», ha explicado, para «ratificar» la información que se había dado veinte minutos antes del incidente -a las cuatro de la madrugada- en el perfil de Twitter de Aemet a nivel autonómico.
El titular del juzgado preguntó el motivo por el que no se había lanzado ninguna alerta en la zona. «No me ha pillado por sorpresa, pero no sabía ni a qué hora ni dónde se podía producir», ha relatado Nuñez que respondió al magistrado, pues la previsión abarcaba una zona geográfica muy extensa.
A partir de ese momento y ante situaciones de mucha incertidumbre, ha subrayado ante sus compañeros, la función de un servicio público como el suyo pasa también por intentar «que la gente entienda lo que ha pasado».
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