El polémico truco de algunos bares para conseguir reseñas positivas en internet: «Si Google se entera...»

«Realmente, todas las reseñas positivas son por el 10 por ciento de descuento que te venden si dejas una», espeta este cliente, sobre la política de un establecimiento. Antes, lo había valorado de forma negativa: «La primera vez que fuimos a comer, sobre las 15.40 h. y todo bien, pero esta segunda vez, fatal todo, tardaron medio hora en tomarnos nota de la bebida, trajeron los entrantes sin tener la bebida, el arroz pasado y el culant de chocolate agrio y parecía que le quitaron un trozo de la punta, no era un triángulo», relata.

Acerca de este último detalle, la forma del postre francés 'coulant', varios internautas cuestionan esa crítica a la forma, que no creen que tenga que ser triangular.

En su análisis, el cliente de este restaurante que habla en plural concluye con otros reproches, como que pidieron una botella de agua y una sangría que «no llegaron a la mesa y aun así se añadieron a la cuenta», aunque al hacerlo notar, se quitaron y no las cobraron. «Había un camarero muy empanado y sin ganas de nada», añadieron, si bien salvaron de la quema a otro compañero suyo en estas funciones: «Una mención a José, el único que estaba atento». Finalmente, anunciaron su intención de no regresar. «No volveremos», apostilla.

A continuación, el hilo en X de la cuenta @soycamarero ofrece múltiples testimonios de quienes corroboran que esta práctica existe, la de ofrecer una gratificación por comentar en positivo la experiencia en un bar («Alguna vez lo he visto», «descuentos, no, pero cafés pagados, chupitos o copa, sí», o también «a mí me han ofrecido un helado por dejar una reseña en una cadena de comida rápida).

No obstante, también hay quienes afirman que «nunca» lo han oído, o matizan que se circunscribe sobre todo a establecimientos que acaban de abrir, o que ocurre más bien en otros negocios, como las compras on-line, en hoteles o en comercios.

«Claro, pero si Google se entera (y se entera) le cierran la ficha en un pispás», advierte otro internauta, mientras que hay quien descarta vender su opinión a cambio de nada: «No me lo han pedido nunca, pero si pongo una es porque me gusta, si no me gusta y me lo piden haciendo descuento, pillo el descuento, pongo la reseña y luego la edito o la borro y, como sea malo directamente les hundo con lo malo, mientras que en otro momento habría pasado de poner nada». En definitiva, llega hasta la amenaza como reacción.

Y hay incluso quien le da una vuelta a esta táctica y la achaca a otros y para aprovecharse precisamente de los hosteleros. «He oído por ahí que parece ser una práctica habitual de algunos influencers: ir mostrando número de seguidores y pidiendo comer gratis a cambio de buenas reseñas, y la amenaza de hablar mal del restaurante si no se accede a la 'petición'». Nada menos.